Los jóvenes nacidos en Cataluña cada vez se sienten menos catalanes. En la última década, los jóvenes que se sienten exclusivamente catalanes o más catalanes que españoles han caído más de 20 puntos en solo una década. Según el informe sobre el estado de la juventud 2024, el cual se ha presentado este viernes por la Agencia Catalana de la Juventud, en el año 2014, coincidiendo con la consulta del 9-N, los jóvenes de entre 16 y 29 años que se identificaban exclusivamente como catalanes era del 57%, mientras que diez años después la cifra ha caído hasta el 36,2%. En detalle, según los datos del informe, que cita los diversos barómetros del Centro de Estudios de Opinión (CEO), este año, los hombres jóvenes (33,7%) tienen un sentimiento de identificación catalana más bajo que las mujeres de la misma edad (38,7%).

Esta ligera diferencia también se puede ver entre los mismos jóvenes. Concretamente, los chicos y chicas de entre 18 y 24 años se sienten menos catalanes -solo un 32,6% se sienten mucho- que los de 25 a 29 años, franja en la que la cifra crece hasta el 41,6%. El momento más álgido de los últimos diez años en cuanto al sentimiento de catalanidad se vivió, según los datos del estudio, en el año 2013. Desde entonces, sin embargo, este sentimiento ha ido bastante a la baja entre la gente joven, algo que se ha notado especialmente a raíz del referéndum del primero de octubre de 2017 -momento en el que ya comenzaba la caída. Este viraje también se nota en la ideología política de los jóvenes, ya que los jóvenes ya no se sitúan ideológicamente más a la izquierda que los mayores de 29 años. El año pasado, de media se auto-ubicaban en el 4,3 –con 0 como extrema izquierda y 10, extrema derecha–, dos décimas más a la derecha que las personas de más de 29 años. Este cambio de dinámica se nota especialmente, también, entre la franja de edad más joven.

Dos jóvenes con pancartas en defensa del catalán en la manifestación de la Diada 2023 / Jordi Play

Cae también la tasa de emancipación juvenil

Uno de los otros aspectos que se ven reflejados en el informe es la tasa de emancipación juvenil. En 2024, la tasa ha caído hasta el 17,4%, lejos de la media europea (31,5%) y de los datos previos a la crisis económica de 2008. La cifra ha ido cayendo progresivamente, ya que hace una década se situaba en el 25%. En otras palabras, si en 2014 una de cada cuatro personas entre los 16 y los 29 años ya no vivía con los padres, ahora no lo hacen ni una de cada cinco, lo que demuestra las complicaciones derivadas de la crisis de vivienda. En esta línea, el informe calcula que las personas jóvenes necesitan 18,2 años de sueldo íntegro para comprar una vivienda de 100 m², mientras que el coste del alquiler supone el 62% de sus ingresos mensuales, motivo por el cual los jóvenes encuestados consideran la vivienda como su principal preocupación.

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