La oficialidad del catalán, el euskera y el gallego en las instituciones europeas parece que seguirá estancada durante más tiempo. El gobierno de Polonia asumirá la presidencia de turno del Consejo de la UE durante la primera mitad de 2025, pero aunque no cierran la puerta a debatir la oficialidad del catalán, las declaraciones de la embajadora de Varsovia en la UE, Agnieszka Bartol, muestran pocos indicios de que pueda ser una realidad a corto plazo. Bartol ha asegurado que la oficialidad del catalán, el euskera y el gallego se volverá a tratar en el Consejo de la Unión Europea “si hay voluntad” entre los estados miembros»; una declaración de intenciones que choca directamente con la inacción desde la Moncloa, ya que la embajadora polaca ha señalado que el gobierno español no ha solicitado al ejecutivo polaco que se aborde la cuestión de la oficialidad de los tres idiomas.
“No he recibido la petición aún. Entiendo que, después de las discusiones en la presidencia anterior -del Consejo de la UE-, estamos esperando los informes. Pero, si hay voluntad, haremos lo que los estados miembros nos pidan, está claro”, ha agregado la diplomática polaca.
El catalán en Europa, una cuestión que se arrastra desde hace tiempo
Es importante destacar que para conseguir la oficialidad del catalán, el euskera y el gallego en la UE se requiere la unanimidad de los 27 estados miembros y la oficialidad de los tres idiomas no se ha tratado desde la pasada primavera, cuando Bélgica ocupaba la presidencia de turno y lo planteó en el Consejo de Asuntos Generales (CAG). Cuando el Estado español ostentaba la presidencia del Consejo de la UE fue la primera vez que se elevó a escala ministerial la cuestión de la oficialidad del catalán, el euskera y el gallego, pero aunque el Estado ha estado defendiendo -en declaraciones públicas- la oficialidad de los tres idiomas no ha vuelto sobre la mesa de los 27 desde principios de 2024.

El Estado español, sin embargo, vuelve a ser el protagonista del estancamiento del catalán en Europa, ya que diversos estados miembros consideran necesario que se elabore un informe por parte de los servicios jurídicos del Consejo de la UE para poder aclarar las dudas y sacar adelante la propuesta, un informe jurídico que el Estado español no ha solicitado y, por tanto, todos los procedimientos siguen a la espera; tal como señalan fuentes diplomáticas a la Agencia Catalana de Noticias.
De hecho, hay otro factor que es el escepticismo que puede marcar la oficialidad de los tres idiomas. Suecia pone énfasis en el hecho de que las estimaciones sobre los costos derivados de la oficialidad del catalán, el euskera y el gallego son demasiado caras -utilizando un cálculo preliminar basado en el caso del gaélico en 2015- y estima que el costo de las tres lenguas se elevaría hasta los 132 millones de euros. Finlandia es uno de los otros estados que muestra su escepticismo y pide «clarificaciones».