Finalmente, ha habido fumata blanca. Después de días de tira y afloja, Junts per Catalunya y el PSOE han llegado a un acuerdo para investir al socialista Pedro Sánchez como presidente español. Un pacto que ha sido largo, tenso, duro y de orfebrería fina y que incluye los términos de la ley de amnistía general para que englobe los casos de
Parte de la cúpula de Junts ha viajado este jueves por la mañana a Bélgica para sumarse a Carles Puigdemont, Jordi Turull, Laura Borràs y Míriam Nogueras para sellar el pacto. Si no hay ningún problema de última hora, Puigdemont podría salir a explicar el acuerdo en rueda de prensa este mismo mediodía. La delegación de Junts está formada por diputados en el Congreso y senadores, puesto que los diputados del Parlamento tienen pleno. Las imputaciones de Puigdemont y Marta Rovira en la Audiencia Nacional por el caso Tsunami han obligado a introducir alguna modificación de última hora para blindar el texto de la ley y evitar que el Tribunal Constitucional la pueda tumbar cuando el PP presente el recurso de inconstitucionalidad.

El pleno de investidura, la próxima semana
Fuentes de la negociación han explicado que, después de una semana de intenso trabajo por parte de los servicios jurídicos, ya se han cerrado los últimos flecos. Según los plazos que se han pactado, la ley de amnistía se registrará en el Congreso de los Diputados la próxima semana con la previsión que la investidura de Pedro Sánchez se pueda votar el miércoles o el jueves. Se tiene que ver como reaccionará ERC al acuerdo, puesto que, según los republicanos, el texto que ellos habían pactado con el PSOE ya incluía todos los casos de lawfare y anunciaron que revisarían con lupa las nuevas modificaciones antes de decidir si daban luz verde en el nuevo redactado. Las bases de Juntos también tienen que dar el visto bueno, a pesar de que se espera que la consulta sea un trámite.
En las próximas horas, la formación que lidera el presidente al exilio podría convocar una comparecencia pública para detallar los términos y hacer el balance respecto de su conferencia del pasado 5 de septiembre, donde reclamaba un «compromiso histórico» a los socialistas para poder justificar un entendimiento entre el estado español y los independentistas.