«Cada Once de Septiembre, cientos de miles de personas salimos a la calle porque no aceptamos ser una colonia. Porque es humillante e indigno continuar encadenados a un estado que nos odia, nos expolia y nos quiere desaparecidos como pueblo. Y este 11-S, más que nunca, tenemos más motivos, más razones y más urgencia que nunca para luchar por la independencia y para hacer efectiva la República Catalana». Con este contundente mensaje arranca el manifiesto de la Diada de este 2025, que este año lleva por lema la frase Tenemos más motivos que nunca. La movilización descentralizada del próximo 11 de septiembre tomará el relevo de las cinco manifestaciones simultáneas que el conjunto de entidades independentistas convocó el año pasado en diferentes puntos del territorio catalán.

Los motivos para la independencia que se esgrimen en este manifiesto se estructuran en tres ejes principales: combatir la desnacionalización, garantizar el futuro de nuestra lengua y luchar contra el expolio fiscal de 22.000 millones de euros anuales. Como ejemplo paradigmático del maltrato sufrido por parte del Estado, el texto recuerda que el Tribunal Supremo «prefiere destruir las pinturas románicas de Sijena antes que permitir que el museo románico más importante del mundo, el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), las exponga con dignidad». «Debemos huir de un estado de matriz franquista, golpista, que no respeta ni sus propias leyes, somete nuestras grandes empresas, nos espía, nos apalea, aniquila nuestra cultura, imposibilita la integración de los recién llegados, utiliza la difamación para alterar nuestros resultados electorales y potencia la catalanofobia», destaca la misiva.

Lluís Llach y Xavier Antich, durante la presentación de los actos de la Diada / JMB

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Cada Once de Septiembre, cientos de miles de personas salimos a la calle porque no aceptamos ser una colonia. Porque es humillante e indigno continuar encadenados a un estado que nos odia, nos expolia y nos quiere desaparecidos como pueblo. Y este 11-S, más que nunca, tenemos más motivos, más razones y más urgencia que nunca para luchar por la independencia y para hacer efectiva la República Catalana. Y hoy tenemos aún más motivos que nunca para liberarnos de él:

  • Para combatir la desnacionalización provocada por un Estado español que desde siempre ha atacado nuestra cultura y nuestra lengua, en un deseo inusitado de asimilarnos y acabar con nuestra identidad como pueblo. El Estado español ha construido una maquinaria legal, mediática y judicial para borrarnos como nación. Ahora no lo hacen con balas, lo hacen con leyes, sentencias, informes y una catalanofobia impune.
  • Para garantizar el futuro de nuestra lengua, sometida a una minorización creciente, resultado de una asfixia premeditada. El catalán es marginado en las aulas, ignorado en los medios y expulsado de las redes sociales y del mundo digital. Porque en el siglo XXI solo sobrevivirán las naciones y lenguas que tengan un estado que las defienda.
  • Para luchar contra el expolio fiscal de 22.000 millones de euros anuales. Este expolio gigantesco es la causa común de la crisis de la vivienda, del caos de Rodalies, de la degradación de la enseñanza y de la sanidad pública, de las ayudas a la dependencia… y más, y más, y más. Con ese dinero podríamos tener un sistema público de salud ejemplar, un parque de vivienda social como el de los países avanzados, una red ferroviaria moderna y escuelas con condiciones dignas. Pero no: tenemos urgencias colapsadas, maestras desbordadas y miles de familias atrapadas en alquileres impagables.

Debemos huir de un estado de matriz franquista, golpista, que no respeta ni sus propias leyes, somete nuestras grandes empresas, nos espía, nos apalea, aniquila nuestra cultura, imposibilita la integración de los recién llegados, utiliza la difamación para alterar nuestros resultados electorales y potencia la catalanofobia. ¿La última muestra? El Tribunal Supremo español, que prefiere destruir las pinturas románicas de Sijena antes que permitir que el museo románico más importante del mundo, el MNAC, las exponga con dignidad. Nos quieren humillados. Nos quieren resignados. Pero no lo estamos.

El independentismo es la fuerza mayoritaria del país, pero los dirigentes políticos han desobedecido el mandato popular. Han renunciado, han bajado la cabeza y han escogido la vía de la sumisión en lugar de la confrontación democrática. Han cambiado la voluntad del pueblo por sillas, por sueldos, por cuotas de poder incluso aceptando pactos con el 155. Así, desde 2018, todos los partidos han alimentado una “ruta de la normalización” estéril y engañosa, basada en mesas vacías, promesas falsas y pactos sin cumplimiento real. Cierran los ojos mientras continúa la represión, el expolio y la catalanofobia. La amnistía es un fraude. El catalán en Europa es humo. La transferencia de Rodalies, una broma. Y la financiación “singular” es una burla disfrazada de concesión. ¡La independencia es urgente!

Tenemos más motivos que nunca para volver a la calle y recuperar el hilo de la lucha. La movilización sostenida, la acción directa noviolenta y la desobediencia civil son las herramientas legítimas e imprescindibles de un pueblo que no quiere ser esclavo.

Ya lo demostramos el Primero de Octubre, con las escuelas abiertas y los cuerpos defendiendo las urnas. Pero no basta con recordarlo, hay que recuperar aquella fuerza y multiplicarla. Hay que parar desahucios, ocupar infraestructuras, bloquear instituciones que no nos representan, desobedecer leyes injustas, defender la lengua en las aulas y en la calle, y construir espacios de soberanía desde abajo.

Tenemos más motivos que nunca para organizarnos de forma valiente y decidida, porque no habrá independencia sin confrontación. Y porque solo un pueblo movilizado, alzado y desobediente puede forzar al Estado a arrodillarse ante la voluntad colectiva.

Tenemos más motivos que nunca para volver a la lucha. Para salir en masa a ocupar las instituciones. Para impulsar la desobediencia civil organizada. Para conseguir la ruptura política, institucional y social con España.

Tenemos más motivos que nunca para preparar un nuevo envite, más fuerte, más valiente y más definitivo que el de 2017. La independencia no es una opción, es una necesidad. ¡Es urgente!

Tenemos más motivos que nunca para tejer una estrategia independentista frente al Estado español.

Tenemos más motivos que nunca para recuperar una mayoría independentista en el Parlamento determinada a hacer efectiva la independencia.

Tenemos más motivos que nunca para retomar la marcha ganadora de las movilizaciones de masas y de la desobediencia civil.

Tenemos más motivos que nunca para salir a la calle a conquistar y defender la independencia. ¡Viva Cataluña Libre!

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