Josep Punga ha dimitiendo como secretario nacional de la ANC “harto” de las luchas internas de la entidad, que desde el inicio del mandato de Lluís Llach prácticamente solo se ha dedicado a apagar incendios y a reconducir las relaciones entre oficialistas y críticos en el seno del Secretariado Nacional. En conversación con El Món, Punga —que hace un año disputó a Llach el cargo de presidente— asegura que ya no aguanta más las “luchas superficiales” que solo sirven para “ocultar” el hecho de que la ANC se está convirtiendo en un espacio cada vez más pequeño. Quien fue rival de Llach en las elecciones a presidente de la entidad ha acusado al actual Comité Permanente, el equivalente al gobierno, de querer “mantener un control faccioso de la entidad y silenciar la disidencia”. 

El ya exsecretario nacional —presentó la renuncia en el plenario de ayer— insiste en que la ANC “solo puede ser importante mientras se mantenga como un espacio de confluencia” y por eso ha anunciado que continuará luchando como militante de base para mantener los valores fundacionales de la entidad. “Si la ANC se convierte en una entidad de parte, no tiene futuro”, explica a este diario. De hecho, en una carta firmada con 16 secretarios nacionales más, el sector crítico ya ponía en duda la intención de Llach y de sus partidarios de buscar la unidad en el seno de la entidad y cargaba contra la insistencia de involucrar a los críticos en el proyecto de una lista cívica que ya se desestimó. “Cualquier nuevo proyecto político debe impulsarse desde fuera de la entidad dejando al margen la Asamblea”, decía el texto.

Y en este punto es donde entra en juego Dempeus x la Independència, un nuevo movimiento del cual forma parte Josep Punga y que nace con el objetivo de articular una lista electoral de cara a las elecciones al Parlamento previstas para el 2028. El manifiesto fundacional del grupo cuenta con el apoyo de 250 personalidades del independentismo de base, algunos de los cuales son o han sido miembros de la ANC, pero tienen claro que el asalto al Parlamento debe hacerse sin participación directa de la entidad. Entre los firmantes están la expresidenta de la ANC Dolors Feliu, el mismo Punga y otros secretarios nacionales como Uriel Bertran, Neus Alsina, Roser Campí o Chus Castillo. También está la excandidata de Eines de País a la presidencia de la Cámara de Terrassa, Natàlia Cugueró, la exvicepresidenta de la ANC Natàlia Esteve o “gente comprometida y valiente” del mundo de la cultura como las actrices Pepa Arenós y Carme Sansa y el actor Sergi Mateu. 

Polémica por la votación para elegir al nuevo secretario del Comité Permanente

Otro motivo que ha reafirmado a Josep Punga en su decisión de dejar el Secretariado Nacional ha sido la “situación dantesca” que se vivió este sábado en Lleida, donde la ANC hacía un nuevo intento por nombrar al secretario del Comité Permanente. Después de cinco meses sin acuerdo para encontrar sustituto a Sílvia Ventura, los oficialistas finalmente consiguieron la mayoría de dos tercios necesaria para elegir a Xavi Aibar como nuevo secretario. Punga denuncia que en las votaciones no pudieron participar cinco secretarios nacionales del corriente crítico que habían solicitado votar telemáticamente

Cinco votos que habrían impedido que Aibar saliera elegido, ya que obtuvo “39 votos, uno más del que marca la mayoría necesaria de 2/3 del total de asistentes al pleno”, según explica la propia ANC en el comunicado de nombramiento. En cambio, según denuncia Punga, los secretarios nacionales afines a Llach que solicitaron votar telemáticamente no tuvieron problemas para hacerlo. Fuentes de la ANC aseguran que no les consta que hubiera “quejas” durante el pleno y recuerdan que hay una “normativa clara” sobre la presencialidad en los plenos que obliga a “justificar la no presencialidad para poder conectarse telemáticamente”. Desde la entidad aseguran no tener más información al respecto y niegan cualquier trato de favor.

El otro candidato a secretario del Comité Permanente, Josep Costa, que es del corriente crítico, consiguió 15 votos, mientras que dos secretarios nacionales votaron en blanco. Los cinco votos de los críticos que no pudieron participar presencialmente no habrían dado el cargo a Costa, pero habrían impedido que Aibar obtuviera la mayoría de dos tercios. “El juego sucio y el trapicheo que hay por el control de la ANC solo lo he visto, en toda mi vida, en partidos políticos. No vais bien”, lamenta Costa en un enigmático mensaje en la red social X publicado esta mañana.

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