«Al margen de las estrategias y de las etiquetas políticas de cada cual, la grave anomalía democrática que representa la detención se tiene que entender en clave de confrontación contra un régimen demofòbic y no de lamento o de victimismo». Así resume el presidente al exilio, Carles Puigdemont, como considera que se tiene que afrontar el que prevé como una detención segura en su vuelta, que previsiblemente se producirá la semana que viene, con motivo del pleno de investidura de Salvador Isla como presidente de la Generalitat, después de que los militantes de ERC hayan avalado el pacto con el PSC en la consulta que se hizo este viernes.

Carles Puigdemont, en un momento del mitin a Baños/Nuria Camara-Juntos
Carles Puigdemont, en un momento del mitin a Baños/Nuria Camara-Juntos

En una carta dirigida a la ciudadanía de tres páginas, difundida a su cuenta de Twitter, Puigdemont repasa el que han significado los siete años de exilio. Recuerda que marchó para «proteger la institución de la presidencia de la Generalitat, que acababa de ser ilegítimamente destituida por decisión del PP y el PSOE». Acaba dando por hecho que lo detendrán y proclama: «No es contra la represión que trabajaremos por la independencia, sino que es trabajando por la independencia que confrontaremos y conjuraremos la represión».


También recuerda que, si es detenido, las autoridades españolas estarán «violando muchas cosas». «No es solo la ley de amnistía, es embarcarse en una detención ilegal y desobedecer decisiones internacionales que ha adoptado el Grupo de Trabajo de Detenciones Arbitrarias y el Comité de Derechos Humanos de la ONU en el caso de los presos políticos catalanes», advierte en el texto.

«Como me comentó una asistente al acto que organizamos a los Baños de Arles [la semana pasada, cuando dijo que volvería «estalle quién estalle»], no se trata de derramar lágrimas sino de sacar las zarpas», remata como final de su carta.

Lamenta que el nuevo Gobierno será «alérgico» a la defensa del catalán

A banda, Puigdemont ha avisado del impacto negativo que tendrá para Cataluña la llegada en el Palau de la Generalitat de un Gobierno «de carácter españolista» que es «alérgico a la plena normalización de la lengua catalana». Además, ha alertado que Salvador Isla «no tendrá ninguna capacidad de negociación real con el gobierno español». En este sentido, ha defendido que «antes de dar los votos al PSC» se tendrían que haber explorado «otras alternativas, incluida la repetición electoral».

Por último, Puigdemont ha querido dejar claro que no opinará -más allá de esta carta- sobre la votación de la militancia de ERC que ha dado el visto bueno al preacuerdo con el PSC para evitar ser acusado de «chantaje emocional» o de «interferir en el proceso interno de otra formación política».

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