En derecho, las palabras, los términos, tienen carga de profundidad. De aquí que la terminología que se utiliza en las leyes y códigos tenga que ser extremadamente cuidadosa, para restringir interpretaciones demasiado libres o personalísimas que puedan hacer los jueces. Precisamente este es uno de los escollos, casi el principal, que separa el acuerdo entre el PSOE y ERC de la posibilidad de que se añada Junts per Catalunya para registrar de manera inminente una proposición de ley de amnistía en el Congreso y permitir la investidura del socialista Pedro Sánchez como presidente del gobierno español, pacto que le permitiría estar hasta cuatro años más a la Moncloa.
Según ha podido saber El Món, en las últimas horas se han conseguido acercamientos entre las partes, a pesar de lo tensas que estaban las conversaciones este viernes al atardecer. La aproximación es tanta que ahora ya solo «dos letras» separan a Junts del acuerdo con los socialistas. En concreto, se trata de la cláusula F del artículo primero de la proposición de ley orgánica de amnistía, que determina qué delitos y a quienes se puede aplicar la medida de perdón. «Se trata de una preposición que cambia absolutamente el sentido de la norma», indican fuentes de los negociadores. Tanto es así que aseguran que, si no se enmienda este punto del redactado, quedarían fuera de la amnistía los que durante seis años han sido víctimas de la

La preposición que encalla el acuerdo para la ley de amnistía
Los textos que se intercambian entre negociadores incluyen esta cláusula F. Desde el PSOE quieren poner un «y por» y desde Junts quieren sustituirlo por un «de». La diferencia en el redactado final cambiaría de arriba abajo a quién puede amparar la amnistía en actos no directamente relacionados ni con el referéndum del Primero de Octubre ni con la consulta soberanista del 9 de noviembre de 2014, sino que han sido casos con una «relación de causalidad indirecta» con el Procés soberanista y que se han llevado a cabo para debilitar líderes independentistas, movimientos sociales o profesionales que se han visto inmersos en situaciones de persecución política.
Es esta cláusula la que está trayendo más quebraderos de cabeza entre los negociadores. Por un lado, porque Junts se quiere asegurar de que aquellos que la justicia o la policía investiga por «asesorar, financiar o facilitar» acciones de protesta estén protegidos por la amnistía. Por otro lado, porque el PSOE desconocía hasta qué nivel había llegado la represión judicial contra el independentismo, que relacionaba con los casos más mediáticos como los del Tribunal de Cuentas, el Tribunal Supremo, el juzgado de instrucción 13 de Barcelona, el juzgado de instrucción 18 y el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, con los casos de los integrantes de las mesas de los Parlamentos que presidían Carme Forcadell o Roger Torrent, por ejemplo.

Del escolta de Puigdemont a la Volhov
Los ejemplos que afectarían esta cláusula son varios y muy orientados a la
Esta cláusula también afectaría a los investigados de la causa Volhov que dirige el juzgado de instrucción 1 de Barcelona, que persigue a los supuestos líderes civiles y empresariales del Procés soberanista. Un caso donde se encuentran imputados, en las diversas piezas separadas, los ex consejeros Josep González-Cambray y Xavier Vendrell, el editor Oriol Soler, el empresario David Madí o el presidente de la Plataforma proselecciones catalanas, Xavier Vinyals. En total, hay 33 investigados y una decena de implicados en la instrucción que por cuestiones de aforo o de parada de la instrucción pueden ser imputados en cualquier momento.

Tsunami Democrático o Josep Lluís Alay
En este grupo se añadirían, según fuentes de los negociadores, los investigados en la causa del Tsunami Democrático que, por ahora, con el actual redactado, quedaría demasiado a criterio de los jueces si los ampara o no la amnistía. También hay que tener presente el caso de Josep Lluís Alay, acusado y pendiente de juicio por malversación por un viaje en Nueva Caledonia, durante la celebración del referéndum del país, como representante de la Oficina del presidente Puigdemont. Pero esta cláusula, según la interpretación de los negociadores, también afectaría a casos de desórdenes públicos en protestas durante varios aniversaios del Primero de Octubre o la decena de procesados de la Asociación Catalana de Municipios –entre los que se cuentan Miquel Buch i David Saldoni, actual mano derecha del secretario general de Juntos, Jordi Turull–, por supuesta financiación del Procés.
Así mismo, esta cláusula incorporaría seguridad jurídica a las diligencias que todavía están bajo mando de la Audiencia Nacional –las 104/17, 99/2018 y las 85/2019– o las causas iniciadas por las falsas pesquisas de la policía patriótica en la Operación Cataluña. Aquí habría una rendija para el caso Pujol, en cuanto a las denuncias interpuestas por Javier de la Rosa o la expareja de Jordi Pujol Ferrusola, Victoria Álvarez, hechos con pagos por parte de la brigada política del ministerio del Interior.
Laura Borràs queda fuera de la amnistía: para ella, piden el indulto
En cambio, no se contempla ni se discute el caso de Laura Borràs que, por otro lado, se reconduciría exigiendo al gobierno del PSOE y Sumar la tramitación del indulto parcial, tal como propuso la misma sala de lo civil y penalti del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña en la sentencia que la condenaba por prevaricación y falsedad documental durante su etapa de directora del Instituto de las Letras Catalanas.
