Fiel a la tradición, la izquierda independentista ha convocado una manifestación justo después de la convocatoria de la Asamblea Nacional Catalana. A las seis y media de la tarde la cabecera firmada por la CUP, Alerta solidaria, Arran, la Comisión Obrera Sindical, Endavant y el Sindicato de Estudiantes de los Países Catalanes han iniciado la marcha, que ha reunido unas 5.000 personas, según la organización. Han salido desde Plaza Urquinaona para dirigirse hasta la plaza del Comerç, donde se han pronunciado los discursos políticos contra «el autonomismo y el mientras tanto». Unos parlamentos duros contra la actual situación política del independentismo y el poder establecido que han sido precedidos en el transcurso de la manifestación por la crema de un mural del presidente Pere Aragonès y del alcalde de Barcelona, el socialista Jaume Collboni.
Los parlamentos los ha dirigido Bernat Lavaquiol, una incipiente voz de los cupaires y una de las voces más representativas de la lucha contra la propuesta de los Juegos Olímpicos de invierno. Todos han sido dirigidos a reivindicar las luchas políticas tradicionales de la izquierda independentista como por ejemplo el ecologismo, el feminismo o la planificación económica, vinculando la lucha por la emancipación nacional con la emancipación social. En el trasfondo, una defensa cerrada del catalán y de la unidad de los Países Catalanes.
En un contexto más al por menor político, la protesta iba dirigida a presionar ERC y Junts por la negociación con Madrid, de la cual los cupaires no solo recelan, sino que ven un proceso «indultos 2.0». En este sentido, critican que la amnistía los ha hecho perder la demanda de la autodeterminación. El acto ha tenido un momento estelar con la crema de la bandera europea, francesa y española para reivindicar los Países Catalanes. Una performance que recupera el viejo eslogan de «Ni España, ni Francia, Países Catalanes», añadiendo la Unión Europea.


Una manifestación de 5.000 personas
Justo antes de empezar la marcha, el diputado de la CUP, Xavi Pellicer, ha apuntado los motivos y las razones principales de la manifestación. “Salimos a las calles para conmemorar el 50.º aniversario del golpe de estado de Allende, para defender los derechos y la lengua de los Países Catalanes”, ha insistido. Pocos minutos después, una traca ha dado el pistoletazo de salida a una pancarta con el lema “Somos Países Catalanes”. Han participado, según la organización, unas 5.000 personas, entre los cuales se contaban diputados cupaires como Dolors Sabater, Carles Riera, Xavi Pellicer o Eulàlia Reguant.
La manifestación ha empezado su recorrido con tranquilidad y con el llamamiento de consignas habituales como por ejemplo “Luchar, crear, poder popular“, “Sin desobediencia no hay independencia”, “Ni España ni Francia, Países Catalanes”, “Quienes siembra la miseria, recoge la rabia”, “Caña, caña contra España” y “La solidaridad es nuestra mejor arma”. La marcha ha estado tranquila y con una presencia policial bastante disimulada. El punto más caliente de la marcha ha sido la esquina del paseo Lluís Companys con la calle Comerç, donde un grupo de encapuchados han quemado un retrato del presidente Pere Aragonès y del alcalde de Barcelona Jaume Collboni.
De hecho, no ha sido la única crema, porque en el acto político también se ha quemado una bandera española, una europea y una francesa arriba del escenario y un conjunto de caras de políticos como Pedro Sánchez o Alberto Núñez Feijoo, así como el líder de Vox en Valencia Carlos Flores o la consejera de Salud de Baleares, Manuela García Romero, en un tipo de hoguera en medio de la plaza del Comerç.
