La primera sesión del debate de política general en el Parlamento de Cataluña ha ampliado la grieta ERC y Junts. Esta vez, en relación con las estrategias contrapuestas para afrontar la negociación con el PSOE para una eventual investidura de Pedro Sánchez. El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha desvinculado la amnistía –que ha dado por hecha– de la autodeterminación. Durante su discurso en el debate del Parlamento, ha situado la negociación del referéndum en los «próximos cuatro años» de legislatura española. Es decir, que ha pospuesto esta fase de la negociación para después de la investidura. Una propuesta alejada de la que hizo el presidente en el exilio, Carles Puigdemont, en su conferencia en Bruselas, donde puso la autodeterminación en el centro de un “acuerdo histórico” con el PSOE y Sumar para facilitar la investidura del secretario general de los socialistas españoles y presidente del gobierno español en funciones. A pesar del hermetismo de Junts respecto a las negociaciones, hoy mismo, después del discurso de Aragonés, Puigdemont se ha desmarcado una vez más de la línea de ERC. De momento, mientras los republicanos expresan claramente su predisposición a aceptar un calendario en dos tiempos, los de Junts no se pronuncian y han convertido el silencio en su posición.
«Los próximos cuatro años», para llegar a un acuerdo sobre un referéndum
Aragonés ha aprovechado su discurso en el debate de política general para manifestar que «la legislatura que ahora empieza en el Estado, la de 2023-2027, solo se puede entender como la que permita a Cataluña fijar las condiciones para votar». El presidente ha repetido este concepto en varias ocasiones a lo largo de su discurso, donde ha reiterado «la necesidad de que la próxima legislatura del Estado sirva para establecer las bases de como la ciudadanía de Cataluña tiene que decidir democráticamente sobre la independencia del país».
«El futuro presidente del gobierno español –ha dicho– se tiene que comprometer que encontraremos entre todos la vía para que la ciudadanía de Cataluña vote, que en estos cuatro años trabajamos para llegar a un acuerdo sobre las condiciones en que la ciudadanía de Cataluña pueda decidir sobre su futuro, incluyendo la independencia». Y en este sentido, ha pedido «establecer unas reglas de juego acordadas por las partes». También ha reivindicado el Acuerdo de Claridad, que solo cuenta con el apoyo de los 33 diputados de Esquerra Republicana: «Es lo que propuse cuando planteé ahora hace un año el Acuerdo de Claridad, que no busca nada más que establecer las bases, las condiciones, las reglas del juego para que la ciudadanía de Cataluña decida y podamos resolver el conflicto de soberanía».

Puigdemont reclama el reconocimiento del derecho a la autodeterminación
En cambio, Puigdemont remarcó el pasado 5 de septiembre desde Bélgica que lo que era determinante para lograr un acuerdo es “el reconocimiento nacional de Cataluña, y por tanto de su derecho a la autodeterminación» y «hacer realidad de manera democrática» el mandato del 1 de Octubre. Puigdemont dejó claro que «solo un referéndum acordado con el Estado español podría sustituir el mandato político del 1 de octubre».
También destacó que «no existen impedimentos constitucionales para organizar y celebrar este referéndum, solo hay que recordar el artículo 92 de la Constitución». «Lo que hay es carencia de voluntad política para asumirlo porque, si se quiere, se puede hacer. Y en democracia no hay ningún mecanismo mejor que el de poner en manos de los ciudadanos las decisiones de gran trascendencia como es esta», sentenció.
Junts pide a Aragonés que no hable por ellos
La portavoz de Junts por Cataluña en el Parlamento, Mònica Sales, ha cuestionado este martes la capacidad del presidente de la Generalitat para liderar la solución del conflicto político porque él «ha liderado el dejarlo estar» y la «ruptura» independentista. En rueda de prensa después del discurso de Aragonés, Sales ha manifestado que el presidente “no tiene credibilidad” y le ha pedido que “no hable en nombre de terceros y todavía menos que no dé nada por hecho”. Por otro lado, ha subrayado que las negociaciones para la investidura son “entre partidos y no entre gobiernos”.
La diputada de Junts, que no ha cerrado la puerta a hacer un frente común independentista en Madrid porque ellos mismos han pedido unidad «de manera reiterada», ha resaltado que “hay un actor, que es Junts, que tiene siete diputados y que está en un proceso de negociación”. “No sabemos si hoy ha confundido el Parlamento con el Congreso y tampoco sabemos si ha hablado como presidente o como coordinador nacional de ERC”, ha remachado.
La CUP pide no desvincular la amnistía del referéndum
Por otro lado, la diputada de la CUP Laia Estrada ha reclamado a Pere Aragonès que no desvincule la amnistía del derecho a la autodeterminación porque, según ha dicho, «no podemos esperar que la solución nos venga de Madrid». En este contexto, ha considerado imprescindible volver a registrar la ley de amnistía que ya presentaron los partidos independentistas en 2021 en el Congreso, una propuesta que «no desvincula la amnistía del derecho a la autodeterminación».

Segunda sesión del debate en el Parlamento: la hora del cara a cara
Partiendo de la situación que ha quedado después de la primera sesión del debate de política general, este miércoles será la hora del cara a cara de todos los grupos de la oposición con el presidente de la Generalitat. Junts, que mantiene su posición de no dar pistas sobre què está negociando con el PSOE, tenía la intención de centrar su intervención en la crítica de la gestión de ERC en este año de gobierno en solitario, pero tendrá que decidir qué posición expresa respecto de la cuestión clave de la política catalana ahora mismo, que no deja de ser el papel de los partidos independentistas en la investidura española. Junts no quiere hablar de ello en público, atrapado entre la presión de ERC, PSOE y Sumar y la de sector del independentismo que amenazan con impulsar una lista independentista alternativa, fuera de los partidos políticos. Aun así, este miércoles tendrá que tener un discurso sobre esta cuestión. Al fin y al cabo, el debate de política general del Parlamento catalán, que se hace simultáneamente al intento de investidura de Alberto Núñez Feijóo, tiene que servir para coger la posición de los dos partidos independentistas con representación en el Congreso y tomar la temperatura a la relación actual entre las formaciones que eran socias del gobierno de coalición de la Generalitat hasta hace un año.