Las dos almas de la Asamblea Nacional Catalana pueden chocar este fin de semana si no pactan un candidato de consenso para la presidencia. De hecho, las últimas horas de la cuenta atrás para el pleno de constitución del nuevo Secretariado Nacional, que se hace este sábado en Vilafranca del Penedès, están siendo especialmente intensas a la búsqueda de esta figura que evite una nueva crisis y que lleve aires de renovación a la entidad independentista, que sale de un mandato convulso por la batalla que ha comportado la propuesta de impulsar una lista cívica para las elecciones al Parlamento de Cataluña. Se busca un perfil joven, alejado de los nombres más mediáticos y que neutralice el empate que hay, con los números en la mano, en el nuevo Secretariado, una situación que encaja con el resultado de la consulta sobre la lista cívica, que se tumbó por solo 98 votos.

Después de las elecciones de la semana pasada, los partidarios de la lista cívica y los que se oponen a ella llegan al pleno constituyente del nuevo Secretariado Nacional con un empate técnico. Y en este acto se tienen que elegir a los cuatro cargos orgánicos: la presidencia, la vicepresidencia, la secretaría y la tesorería. Los 72 secretarios nacionales elegidos por los afiliados en las votaciones de la semana pasada tienen que escoger ahora cuatro de sus compañeros para estas responsabilidades. Y las opciones que tienen dependerán de quién se postule para cada cargo.

Pendientes de quienes se postulan para cada uno de los cuatro cargos orgánicos

Todas las miradas están puestas en la presidencia, el cargo más importante y sin que haya la posibilidad de prórroga, puesto que Dolors Feliu ha renunciado a presentarse a las elecciones que le podían dar un segundo mandato. Su círculo más estrecho tampoco tiene la voluntad de ocupar ninguno de los lugares más destacados. De manera que habrá una renovación notable en el Comité Permanente, considerado la dirección de la entidad en el día a día, a pesar de que el órgano soberano, donde se tienen que tomar las decisiones estructurales, es el Secretariado Nacional. Y la de este sábado es una de estas grandes decisiones.

Este pleno podría ser, si no hay un candidato que rompa el empate porque tiene el visto bueno de los dos sectores, una nueva entrega de la batalla entre los partidarios de impulsar una lista cívica y los que apuestan por buscar la coordinación con los partidos. La discusión se ha envenenado tanto el último año, con dimisiones incluidas, que durante los días previos a la votación telemática –del 14 al 18 de mayo– corrieron entre los socios de la Asamblea dos listas: la de los candidatos que recomendaban los partidarios de la lista cívica y la de los patrocinados por los opositores.

Había 77 plazas y se presentaban 107 candidatos. Se ponían a votación 13 sillas por el bloque nacional, 5 por el bloque sectorial, 2 por el bloque joven y 57 por el bloque territorial. Finalmente, han salido elegidos 72 secretarios nacionales porque 5 candidaturas del bloque territorial han quedado desiertas por falta de candidato. Comparando las dos listas de recomendaciones de un bando y el otro, queda claro que cada uno tiene 26 representantes más o menos asegurados, que hay 7 más que estaban a las dos listas –cuentan con la simpatía de unos y otros, pero es difícil decir hacia donde decantarán su voto para los cargos orgánicos– y que todavía hay 12 más que no salían en ninguna lista. Si hubiera un enfrentamiento entre un candidato de cada sector para la presidencia, aunque los 7 que salen en las dos listas y los 12 indeterminados se decantaran por el mismo, solo llegarían a 45 votos, tres por debajo de la mayoría de 2/3 que hace falta para los cargos orgánicos sean escogidos.

Lluís Llach, en su intervención durante la manifestación de la Diada de 2023 / Mireia Comas

Con las tensiones acumuladas entre las dos almas y con un sistema de elección que consiste en ir repitiendo la votación hasta que algún candidato llega a los 2/3 o el otro se retira, muchas voces a la ANC temen una jornada muy complicada por un bloqueo prolongado si no se encuentra una tercera vía. No se sabe quién serán los secretarios nacionales que se postularán como candidatos a la presidencia, porque es en el momento de empezar el pleno cuando lo anuncian y presentan su plan de trabajo, pero los dos más votados son los que han centrado los rumores los últimos días: Lluís Llach, abiertamente contrario a la lista cívica, y el jurista Josep Costa, que nunca se ha mostrado entusiasta con la lista cívica pero que es muy escéptico respecto de los partidos políticos, especialmente desde que dejó de ser vicepresidente del Parlamento por Junts.

Josep Costa, en un momento de su conferencia/Quico Sallés
Josep Costa, en una imagen de archivo /Quico Sallés

Los contrarios a la lista cívica consideran a Llach su máximo representante, a pesar de que también cuentan con Josep Cruanyes –que ya había sido vicepresidente de la entidad en la etapa de Elisenda Paluzie–, Jordi Pesarrodona –que fue vicepresidente con Dolors Feliu pero formó parte de los dimisionarios del año pasado– y Julià de Jòdar. Y los partidarios de la lista cívica, han pedido el voto para Josep Costa y Uriel Bertran, entre otros nombres.

El apoyo público de Lluís Llach a Juntos

La proactividad de Lluís Llach en favor de Juntos por Cataluña –pidió el voto para Carles Puigdemont en las elecciones en el Parlamento del 12-M y ahora lo pide para Toni Comín en las europeas– es uno de los gestos que ha hecho volver todavía más agrios las relaciones con los partidarios de la lista cívica, que han llegado a advertir que lo ANC no puede convertirse en «la sectorial de movilización» de Juntos. La felicitación pública de Puigdemont a Llach la semana pasada, cuando se supo que había sido el candidato más votado de los 107 que se presentaban para secretario nacional de la Assemblea, acentuó todavía más esta sensación.

El caso Joan Puig, consejero nacional de ERC

Paralelamente, esta semana ha estallado otro conflicto a raíz de las dos impugnaciones contra el nombramiento como secretario nacional de Joan Puig, que es consejero nacional de ERC. La Junta Electoral de la ANC ha desestimado por segunda vez las impugnaciones este viernes por la mañana y ha ratificado a Puig como secretario nacional electo, de forma que este sábado será nombrado, como los otros 71, en medio de un clima enrarecido. Y Puig es uno de los 12 secretarios nacionales electos que no salía en ninguna de las dos listas de recomendaciones de voto cuando era candidato, de forma que no está claro con qué sector quedaría encuadrado.

Contar con los partidos o pasar por encima de ellos

La esencia de la batalla entre los dos sectores de la ANC, además de agravios personales, filias y fobias, es la posición respecto de los partidos políticos. Los defensores de la lista cívica han dejado de confiar en las formaciones independentistas y discrepan de sus actuales estrategias: reclaman que los partidos «llamados independentistas» dirijan toda su acción a buscar mecanismos para hacer efectiva la independencia a corto plazo y rechazan todo tipo de pactos con formaciones unionistas, incluido el PSOE en Madrid. Consideran la amnistía una rendición a cambio de soluciones personales. Su objetivo es obligar estos partidos a dar un giro radical y, si no, sustituirlos con una lista cívica cuando sea posible y con la fórmula que sea posible, seguramente con mecanismos distintos a los que se utilizaron en el primer intento fracasado, que la distancien más de la actuación de la Assemblea.

La otra alma de la ANC, en cambio, cree que se tienen que buscar acuerdos «transversales» en el independentismo, que implica hacer grandes pactos con los partidos y con otras entidades, en la línea de la candidatura de Junts x Sí de 2015, aunque se formulara, también, de otro modo. Esta filosofía de candidatura unitaria es también la que reclama Carles Puigdemont. Para Lluís Llach, si la Assemblea se implica en una candidatura, pierde la transversalidad y deja de tener sentido. Ya lo advirtió en septiembre de 2022, en una entrevista en El Món, cuando el conflicto abierto dentro de la ANC todavía no había estallado. Para los defensores de la lista cívica, en cambio, la posición de los llachistes implica demasiado control de los partidos sobre la entidad.

Este sábado por la mañana, todas las incógnitas sobre cómo sale la ANC de este bucle quedarán desveladas. La primera pista será cuando se sepa cuáles de los secretarios nacionales se postulan para la presidencia. Lo puede hacer cualquiera de ellos, independientemente de los votos que hubiera obtenido en las votaciones de los asociados: todo miembro del Secretariado Nacional puede postularse y solo los votos de sus compañeros electos decidirán. El pleno empieza a las 9 de la mañana en el centro cívico l’Escorxador de Vilafranca del Penedès, y está previsto que dure hasta las 14 horas. Pero no sería la primera vez que las votaciones se alargan.

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