El gobierno catalán y el PSC han llegado a un acuerdo para aprobar los presupuestos de 2024, según han informado fuentes socialistas. El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y el primer secretario del PSC y líder de la oposición, Salvador Illa, firmarán el pacto esta tarde. El acuerdo llega después de semanas de negociaciones intensas en las cuales los socialistas han apretado al ejecutivo de ERC para que renueve su compromiso con la ampliación del aeropuerto de Barcelona y con la aprobación del plan urbanístico que tiene que permitir la puesta en marcha del Hard Rock, dos condiciones que ya retrasaron los presupuestos del año pasado. Con este anuncio, ERC y el PSC presionan a su vez a los comunes, que se han enrocado en su negativa al proyecto de casino del Camp de Tarragona y están dispuestos a tumbar las cuentas de este año si no se para de manera definitiva.
Los socialistas habían puesto como condición para negociar los presupuestos del 2024 que el gobierno de Pere Aragonès “cumpliera los compromisos” adquiridos el año pasado. Y así ha sido, a pesar de que las conversaciones han avanzado en paralelo a los gestos que el PSC reclamaba a la Generalitat. A mediados de enero se puso en marcha la comisión bilateral entre la Generalitat y el gobierno español para estudiar las opciones para ampliar el aeropuerto barcelonés, mientras que la semana pasada Pere Aragonès reiteró en el Parlamento que el Hard Rock se acabará haciendo a pesar de las dudas que genera el proyecto dentro del propio Gobierno. Está previsto que esta mañana Salvador Illa haga una rueda de prensa donde explicará los detalles de los nuevos presupuestos, que previsiblemente tendrán más partidas destinadas a vivienda, sanidad, educación y seguridad a petición de los socialistas.

Toda la presión, para los comunes
Después del pacto entre ERC y el PSC, toda la presión está ahora en el tejado de los comunes. En principio está previsto que el gobierno catalán se reúna con Catalunya En Comú esta misma semana para intentar cerrar el acuerdo en tres bandas, pero los de Jéssica Albiach están dispuestos a forzar la mano del ejecutivo de Pere Aragonès. A diferencia del año pasado, los comunes han querido esperar al pacto ERC-PSC para tener la sartén por el mango y forzar al gobierno catalán a aceptar sus condiciones para dar luz verde a unos presupuestos que, por otro lado, no se sientan obligados a aprobar después de haber votado a favor de los tres últimos.