Pedro Sánchez medita hacer un gesto sobre la amnistía en los próximos días para acercar posturas con ERC y Junts. El presidente español en funciones, que este viernes ha cerrado con Junts la primera ronda de contactos para su investidura, quiere enviar una señal a los partidos independentistas catalanes, que exigen una amnistía por el Proceso a cambio de sus votos. Fuentes de la dirección socialistas no han especificado qué tipo de gesto sería, pero sí que han avanzado que ni Sánchez ni el PSOE darán explicaciones públicas sobre los acuerdos hasta tener atada la reelección.

La dirección del PSOE asegura que Sánchez hará “un pasito” para dar una idea de cómo valora la posible amnistía, pero tampoco se espera una gran novedad. El presidente español tiene actos programados hasta el lunes y, a partir de entonces, tiene la agenda vacía, según la Moncloa, una señal que el equipo del presidente espera poder comunicar algo en cualquier momento. Después de las reuniones con Bildu y Junts de este viernes, el PSOE reunirá a su equipo negociador el próximo lunes.

Los números dos y tres del partido, la ministra María Jesús Montero y el diputado Santos Cerdán, serán los encargados de liderar los conversas. También forman parte del equipo negociador la portavoz del PSOE y ministra de Educación, Pilar Alegría; el ministro de Presidencia y miembro destacada de la ejecutiva socialista, Félix Bolaños; la secretaria de Política Territorial, Hana Jalloul; y los diputados Óscar Puente y José Ramón Gómez Besteiro.

La portavoz de Juntos a Madrid, Míriam Nogueras, se reúne con el líder del PSOE, Pedro Sánchez, y el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán / ACN

El largo camino de Sánchez hacia la amnistía por el 1-O

Después de la reunión con Junts, que el PSOE ha valorado muy positivamente, los socialistas han asegurado que, mientras hay conversaciones abiertas, habrá margen para el acuerdo. El PSOE ha advertido que vienen días complicados, con muchas reuniones y llamadas, y ha reclamado “discreción” a todos los partidos. En un comunicado, los socialistas, que todavía tienen muchos problemas para pronunciar y escribir la palabra amnistía, han insistido que apuestan por «la convivencia, el diálogo y la pluralidad» como «hoja de ruta» para la investidura de Sánchez.

El presidente español ha recorrido un largo camino hasta valorar seriamente una amnistía por los hechos del Proceso. Durante años negó la posibilidad de negociar una ley para olvidar todos los actos vinculados al 9-N y el 1-O, pero después de los resultados de las generales del 23-J no ha tenido más remedio que aceptarla. El cambio de postura ha sido progresivo. Primero ofreció “generosidad” a Cataluña y medidas “coherentes” con su política del “reencuentro” de la anterior legislatura —marcada por la mesa de diálogo, los indultos y la reforma del Código Penal—. Después de muchos días evitándolo con eufemismos y circunloquios, finalmente pronunció la palabra “amnistía”, que definió “como una manera de intentar superar las consecuencias judiciales” de 2017.

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