El gobierno español ha vuelto a jugar la carta del catalán en la Unión Europea para intentar rebajar la tensión con Junts por la falta de avances en los pactos de investidura. En este caso, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, ha anunciado que este miércoles se reunirá en Bruselas con la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, para desbloquear la votación que debe permitir el uso del catalán, el vasco y el gallego en la cámara. Y lo hace días antes de que el presidente de Junts, Carles Puigdemont, realice una rueda de prensa para evaluar el estado de los acuerdos firmados con el PSOE para investir a Pedro Sánchez.

Según fuentes parlamentarias consultadas por la Agencia Catalana de Noticias (ACN), el grupo de trabajo que lleva el uso del catalán en el Parlamento Europeo está a la espera del informe de los servicios técnicos de la cámara. A pesar de ello, Albares ha asumido personalmente las gestiones oficiales del gobierno español y ha querido reunirse igualmente con Metsola para intensificar los esfuerzos para lograr un acuerdo pronto. El pasado mes de septiembre, el ministro de Exteriores ya envió una carta a Metsola para reactivar la batalla por el catalán en Europa. La reunión estaba prevista para principios de noviembre, pero la crisis de la DANA en el País Valenciano obligó a posponerla.

El largo camino hasta la votación

A raíz del primer contacto de Albares, Metsola solicitó un informe al grupo de trabajo de Lenguas de los Ciudadanos de la cámara —del cual son miembros los eurodiputados del PP Esteban González Pons y del PSC Javi López— para explorar la viabilidad de convertir el catalán, el vasco y el gallego en lenguas de uso en el Parlamento Europeo. El grupo decidió derivar el informe a los servicios técnicos, que aún están analizando el costo de la medida. Fuentes parlamentarias explican que el informe aún no se ha presentado. Cuando esté listo, el grupo de trabajo lo debatirá y hará una propuesta para la Mesa del Parlamento Europeo, donde se acabará votando si Metsola lo incluye en el orden del día.

La presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, durante la sesión inaugural de la nueva legislatura comunitaria / ACN
La presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, durante la sesión inaugural de la nueva legislatura comunitaria / ACN

Aunque Metsola ceda y acepte someter el uso del catalán a la cámara, la medida no tiene garantizado el éxito. Durante la pasada legislatura, uno de los obstáculos que frenaron la tramitación es que no había una mayoría favorable en la Mesa. Los socialistas europeos solo tenían cuatro de las 14 vicepresidencias y únicamente los Verdes y la Izquierda, con un representante cada uno, estaban claramente a favor. Los populares y los liberales, marcados de cerca por Ciudadanos, se oponían. Ahora los socialistas tienen cinco vicepresidencias de la Mesa y son un poco más optimistas, pero todo depende de la voluntad de los conservadores, que no está claro que estén dispuestos a votar a favor.

La oficialidad del catalán en la UE, congelada

El otro gran expediente del gobierno español es la oficialidad del catalán en la Unión Europea, uno de los compromisos que Junts arrancó al PSOE para investir a Pedro Sánchez. Durante la presidencia española del Consejo de la UE la cuestión estuvo sobre la mesa de los presidentes y jefes de estado durante varias reuniones, pero las reticencias de algunos estados –influenciados en este caso por el PP– hicieron imposible el acuerdo. La cuestión no se ha vuelto a debatir desde principios de 2024, cuando la presidencia belga lo planteó a instancias del gobierno español. España llegó a comprometerse a asumir el costo de las traducciones y elaboró un informe para evitar que el catalán, el vasco y el gallego sean un precedente para otras lenguas como el ruso.

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