La irrupción del caso Montoro es el balón de oxígeno que Pedro Sánchez esperaba desde hacía semanas para intentar rebajar la presión del PP por el caso Cerdán. Y es incluso mejor de lo que había soñado el presidente español. La imputación del exministro de Hacienda y uno de los hombres fuertes del gobierno de Mariano Rajoy permite al PSOE desviar la atención hacia Génova y refuerza uno de los principales argumentos de Sánchez en su batalla dialéctica contra Alberto Núñez Feijóo: la corrupción es parte inherente del PP.

En uno de los primeros plenos del Congreso para dar explicaciones por el caso Cerdán, Sánchez advirtió a Feijóo que “el único adelanto” que tenía en mente no eran las elecciones españolas, tal como le piden los populares, sino “la más que lógica sentencia de muchos casos de corrupción a la vuelta del verano que afectan al PP”. Sánchez, que nada como nadie a contracorriente, ha aprovechado la oportunidad que le ha dejado en bandeja el juzgado de Tarragona que lleva el caso Montoro.

Los ministros de Presidencia, Félix Bolaños, y Transformación Digital, Óscar López, dos colaboradores estrechos de Sánchez, han sido los encargados de trasladar los dos mensajes clave que quiere difundir la Moncloa: el primero, que el PP ponía “en venta” el BOE y “aprobaba leyes a medida de los poderosos que podían pagarlas”. Y el segundo, que la corrupción forma parte del ADN popular. “Es el PP en estado puro, recortando a los pensionistas y los trabajadores, y dando regalos a los poderosos que podían pagarlas”, ha lanzado Bolaños.

Sánchez, Ribera y Montero observan a Feijóo antes de una intervención en el Congreso / Europa Press

Es exactamente el mismo mensaje que ha trasladado este fin de semana a la prensa la secretaria de Política Económica y portavoz adjunta del PSOE, Enma López. “Feijóo tiene en sus filas al equipo de Montoro y el equipo de Montoro está en Feijóo. Montoro es el PP y nos queda claro que esta formación es la corrupción”, dijo durante una atención a los medios a raíz de las primeras informaciones sobre el caso. “Ponía a la venta el BOE y hacía recortes […] a las empresas más poderosas a cambio de pasar presuntamente por caja. Este es el ejemplo de lo que es el Partido Popular”.

El PSC también se ha sumado a la avalancha de críticas contra el PP, a quienes reprochan la falta de una “respuesta clara y contundente” a las acusaciones de corrupción que rodean a Montoro. La viceprimera secretaria y portavoz del partido, Lluïsa Moret, ha recordado que el PP hace unas semanas “daban lecciones y ahora son incapaces de dar explicaciones”. Moret ha aprovechado también para alabar la actitud del PSOE ante el escándalo de comisiones ilegales que afecta al exsecretario de organización y hombre de confianza de Sánchez, Santos Cerdán. “Una fuerza política [el PSOE] que, ante actitudes de personas concretas, es capaz de tomar decisiones y medidas contundentes”. 

La reacción obligada del PP y de Feijóo

En Génova hacía meses que sabían que Montoro estaba en el radar de la justicia. Tal como avanzó El Món en abril, el juzgado de Tarragona que lleva el caso investigaba una red clientelar de una empresa fundada por el exministro de Hacienda. Un informe de los Mossos, una denuncia anónima y la investigación de la fiscal Carmen Garcia Cerdà sustentan la causa del juez Ruben Rus, que investiga si la empresa utilizó la influencia de Montoro para favorecer empresas sometidas a inspección o si servía para reformar leyes problemáticas para las grandes empresas con las que trabajaba.

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante el congreso del partido / EP
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante el congreso del partido / EP Eduardo Parra / Europa Press

Feijóo ha tenido que salir al paso del escándalo con cierta rapidez para evitar que se le vuelva en contra la extensa hemeroteca de alegatos contra la corrupción que ha hecho en los últimos meses en contra de Sánchez y del PSOE. El líder popular considera que “no puede haber dos varas” de medir cuando se destapan casos de corrupción y que hay que ser “más exigente” cuando los casos afectan a tu partido, como es el caso de Montoro, que ha abandonado tan pronto ha sido imputado. El dirigente popular ha intentado poner distancia con Montoro y su equipo defendiendo que en 30 años no ha nombrado a nadie implicado en casos de corrupción.

En el fuego cruzado de reproches y acusaciones, el PP catalán ha intentado poner un poco más de sensatez que sus compañeros madrileños y ha reconocido que el caso Montoro “hace mucho daño” a la formación, aunque insisten en no equipararlo al caso Cerdán. “Nos duele mucho lo que ha pasado, pero no se debe mezclar con el hecho de que dos secretarios de organización del PSOE estén juzgados o en prisión”, ha dicho el secretario general del PPC, Santi Rodríguez. Los populares se aferran al hecho de que la causa “no afecta” a la dirección actual del partido y descartan abrir una comisión de investigación en el Congreso como reclama Sumar. “Hace 7 años que hay un juzgado que lo investiga”.

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