En el acto de campaña para las elecciones españolas del próximo 23 de julio de la CUP, los anticapitalistas han apelado en las clases trabajadoras para combatir el auge de la tendencia abstencionista que crece para los comicios. Consideran que después de los resultados de las municipales al País Valenciano y en las Islas Baleares donde «no hay más votantes de derechas» sino una «izquierda exhausta». El exdiputado de la formación David Fernàndez cree que no ir a votar el día señalado es «un lujo que este pueblo no se puede permitir».
Siguiendo en esta línea, la número 2 por Barcelona, Laure Vega, ha pedido durante el acto de esta tarde en Sant Boi de Llobregat a las clases trabajadoras que se vuelquen domingo de la semana que viene a las urnas: «En Sarriá votan cada día para decidir si suben el alquiler, la electricidad o la gasolina y a mí no me da la gana que la patronal decida mi vida», espeta. Ahora bien, los dos han admitido que ir a votar el 23-J no es suficiente para evitar que la extrema derecha a la Moncloa, porque «ya tiene la pata» dentro de las instituciones, pero sí que consideran que es un motivo de peso para impedir que «entren con el cuerpo entero».

Reafirmar su candidatura
Vega ha centrado su intervención a defender su posición como partido dentro de estas elecciones. La candidata considera que se presentan para demostrar que las injusticias que pasan en el Estado «no son normales». De hecho, ha querido poner de ejemplo un joven de 19 años que perdió la vida a la empresa Cidac de Cornellà el año pasado para representar las injusticias con las cuales se convive en España.



