La Societat d’Estudis Militars (SEM), el think tank de defensa y geoestrategia catalán, no oculta ningún debate de la agenda actual. Así, se ha planteado llevar a Cataluña el nuevo algoritmo de las relaciones internacionales: reindustrialización y el sistema de defensa del país. Por ello, ha organizado un acto en Barcelona, para el miércoles de esta semana, donde abordará “la falta de industria militar en Cataluña” y el “vínculo de este fenómeno con la desindustrialización”. Una cuestión que está en el pizarrón de la política mundial a raíz de los cambios de relaciones en defensa y protección entre la Unión Europea y los EE.UU., con la OTAN de fondo, y potencias industriales como China marcando la agenda internacional.

El debate, convocado en el Reial Cercle Artístic de Barcelona, a las seis y media, contará con Bernat Mallén, doctor en Economía, y con el presidente de la SEM, Pol Molas, habitual comentarista en los medios de comunicación sobre diversos conflictos. El leitmotiv del debate es claro: la “virtual ausencia de empresas destinadas a la producción de material militar es un hecho que contrasta con los dos siglos de historia industrial de nuestro país”. Una realidad que este centro de investigación y desarrollo, que se sostiene con fondos privados, considera que no es “casual”.

Una imagen de la empresa UROVESA que fabrica vehículos blindados para las fuerzas armadas/Europa Press
Una imagen de la empresa UROVESA que fabrica vehículos blindados para las fuerzas armadas/Europa Press

Un mercado de Estados

La SEM parte de la idea de que no tener industria relevante de Defensa en Cataluña responde a una estrategia y a una realidad geoestratégica “en tanto que los clientes legítimos de este material son los estados y, por tanto, en el caso del Estado español, este no ubicará empresas de un sector estratégico en una zona potencialmente conflictiva”. Siguiendo este hilo, los analistas de la SEM quieren poner sobre la mesa el papel de los partidos independentistas en esta materia que tildan de “deserción”, aunque creen que se podría ir más allá calificándola de “oposición frontal”. Dos actitudes que “no han ayudado mucho” a construir una industria de Defensa con cara y ojos en Cataluña.

De hecho, no es la primera vez que desde la Societat d’Estudis Militars se señala la desidia del catalanismo en este ámbito. Su libro de cabecera, “Política de Defensa i Estat propi” (Editorial Base, 2017), ya evidenciaba que hace solo ocho años un 5% de las empresas de defensa españolas tenían su sede en Cataluña. Ahora bien, remarcan en la convocatoria de la conferencia-coloquio que “ninguna de estas era una empresa tractora, es decir: fábricas de vehículos blindados de combate, aviación y astilleros”. “No es ninguna casualidad que estas se ubiquen en lugares como Madrid, Andalucía o Galicia”, apuntan.

Paralelamente, la SEM también pone el foco en el hecho de que “la economía catalana se ha ido desindustrializando durante las últimas tres décadas, con impactos directos como el debilitamiento del PIB per cápita”. “Sin duda, una industria de defensa catalana sería una herramienta para revertirlo”, sentencian para abrir el debate.

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