Semana de nuevas comparecencias en la comisión de investigación del Congreso de los Diputados sobre la operación Catalunya. En esta ocasión, serán dos nombres de primera fila, que han sido citados por los grupos parlamentarios desde un primer momento y que ahora ven reforzada su presencia a raíz de las intervenciones de otros comparecientes durante la singladura de la comisión. En concreto, serán el expresidente del gobierno español, Mariano Rajoy y su ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz.
Dos nombres de peso, y dos primeras espadas del ejecutivo sobre el cual se gestó la lucha de las cloacas contra el proceso soberanista. De hecho, Jorge Fernández Díaz, es una de las voces a las cuales los diputados quieren prestar más atención después de que las grabaciones en conversaciones con miembros de la policía patriótica sobre las operaciones clandestinas que llevaban a cabo hayan llegado a manos de la comisión.
Por otro lado, Rajoy también se espera con ganas, para poder constatar cuál es su papel en toda la pirámide de la estrategia antiindependentista y sobre todo, su papel en la derivada andorrana de la operación Catalunya. De hecho, la última comparecencia fue de Joan Pau Miquel, el exdirector general de la Banca Privada de Andorra, BPA, la entidad que tuvo que bajar la persiana tras descubrirse que la familia Pujol Ferrusola tenía cuentas corrientes que habían estado ocultas a la hacienda española durante años, pero que habían sido regularizadas.

«El ministro no sabe nada»
La presencia de estos dos nombres en la comisión ha despertado los recelos del PP, que busca distanciarse de la antigua dirección, pero teniendo presente que la causa Kitchen, está a un paso de celebrarse el juicio oral. Un caso en el que el ministerio público pide 15 años de prisión para Fernández Díaz, por los delitos de malversación, encubrimiento y delitos contra la intimidad por el operativo clandestino de recuperación de los famosos papeles de Bárcenas, sobre la financiación irregular de la formación derechista. Todo ello por haber utilizado recursos públicos en un operativo que implicó unidades de la policía altamente especializadas y el uso de fondos reservados para pagar incluso mensualidades de 2.000 euros al mes al chófer de la familia de Luis Bárcenas para extraerle información o aprobarle una oposición a policía. De hecho, podría ser una de las alegaciones del ministro para evitar responder a los diputados.
Por otro lado, los diputados cuentan con un elemento que no esperaban. En concreto, un audio de la grabación de una reunión el 16 de diciembre de 2012 en el ministerio del Interior. Un cónclave importantísimo donde participó Fernández Díaz, y donde daba órdenes claras y contundentes a su número dos, Francisco Martínez, al director adjunto operativo, Eugenio Pino, y al comisario de inteligencia, jefe del servicio de agentes encubiertos, José Manuel Villarejo, que ya había iniciado las pesquisas para preparar el operativo contra los Pujol Ferrusola y el presidente Artur Mas.
La grabación del encuentro fue entregada al Congreso por el comisario exjefe de la Unidad de Asuntos Internos del Cuerpo Nacional de Policía, Marcelino Martín Blas, en su comparecencia. Del audio, al que tuvo acceso El Món, Fernández Díaz insiste y recuerda a los otros participantes que “son servidores del Estado” y que esta reunión “no ha existido”. “¿Queda claro?”, pregunta. De hecho, avisa que negará haber estado “bajo tortura”. Antes de marcharse de la reunión, donde le dan todos los detalles del operativo vuelve a enfatizar que «el ministro no sabe nada». Sin lugar a dudas, esta grabación será uno de los arietes utilizados por los diputados.

«El asturiano»
Por otro lado, la presencia del expresidente español, Mariano Rajoy, también se espera con ganas por parte de los diputados. De hecho, tanto desde el PSOE, como PNB, Junts o Bildu, están convencidos de que con la prueba recogida hasta ahora pueden establecer el nexo directo de la operación Catalunya con la Moncloa. Así lo indica la conexión de la brigada patriótica y la cúpula del ministerio de entonces, con el ministro y el nivel de confianza del ministro con Rajoy. Tampoco se puede obviar que Jorge Moragas, su jefe de gabinete, logró presionar a Victòria Álvarez, expareja de Jordi Pujol Ferrusola, para que denunciara en la Audiencia Nacional las supuestas irregularidades financieras de la familia del expresidente. Incluso, Rajoy le presentó a Fernández Díaz su libro autobiográfico, en octubre de 2019.
Por otro lado, Rajoy también debe aclarar su responsabilidad y conexión con Dolores de Cospedal, quien fue su secretaria general en el PP y ministra de Defensa. Cospedal, tal como han acreditado diversas grabaciones, estaba al tanto de los diferentes operativos de la policía patriótica y mantenía una extraordinaria relación con el comisario Villarejo, con quien compartía y suministraba información. Por otro lado, también formaba parte de su núcleo duro de presidencia la entonces vicepresidenta del gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, responsable política del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) antes de la llegada de los socialistas que pusieron los servicios secretos españoles al mando de Defensa.
Para los diputados, la comparecencia de Rajoy es indispensable para demostrar el conocimiento de la Moncloa de la operación Catalunya, porque los tres máximos responsables políticos de los cuales se ha demostrado la implicación eran gente de su reducido núcleo de confianza. En este sentido, cabe recordar que diferentes anotaciones y conversaciones de los integrantes de la cloaca, se refieren a un personaje que está en la cúspide de todo como «el asturiano«. Un sobrenombre que fuentes de la policía patriótica indican que servía para nombrar a Rajoy para no utilizar «el gallego porque era demasiado evidente». En esta línea, los portavoces también quieren sacar provecho de la cantidad de visitas institucionales que miembros de su gobierno y él mismo realizaron al Principado de Andorra antes de la intervención de la BPA y a su filial española, Banco Madrid.