Jorge Javier Vázquez ha estado desaparecido desde que cancelaran su desastroso programa llamado
El presentador de Badalona ha revelado en su blog de
¿Y a qué ha dedicado todo este tiempo libre? Por lo que dice, a ver series y reflexionar sobre la edad: «Ahora que nos cuidamos, tenemos que hacer frente a otra realidad. Los números dejan de ser representativos, ahora son meramente orientativos. La gente que va haciendo años se rebela, cada vez más, contra la realidad establecida. El mercado valora la experiencia, pero continúa optando por la juventud«, critica en un lamento que seguramente aplica a sí mismo ahora que no tiene trabajo.

Jorge Javier Vázquez reflexiona sobre su hipotética despedida de la televisión
Jorge Javier considera que su generación, aquella que se encuentra entre los ciudadanos de sesenta años y los de cuarenta, se encuentra en un territorio de nadie en el que las marcas intentan convencerlos de que se tienen que gastar mucho dinero en cremas antiarrugas: «A mí lo que verdaderamente me sorprende es que bombardeen con tantísimos productos a una juventud injustamente empobrecida. Tenemos jóvenes pobres que tienen más de un trabajo y maduros muy bien posicionados económicamente que son incapaces de dejar de trabajar porque no saben qué hacer con su tiempo libre».
El catalán también ha tenido tiempo de reflexionar sobre su -no- trabajo a televisión. Después de tantos años en la pequeña pantalla, es consciente que esta es una profesión difícil: «Poco a poco, la cruda realidad se va imponiendo en los programas y aparece el tedio, la melancolía y la rutina. El espectador se convierte en testigo de una realidad tan natural como dolorosa, el final. Es muy difícil renunciar a un éxito y, todavía más, cuando hace tiempo que trabajas en esto y sabes que es muy difícil conseguir uno».

¿Considera que su etapa en televisión ha acabado? No queda claro, ya que parece que justifique que las productoras despidan a ciertos personajes después de un tiempo: «A veces pienso que a aquellos que trabajamos en televisión se piden comportamientos excepcionales. El final de María Teresa Campos pasa a miles de profesionales, cuando las empresas dicen «no» porque tienen todo el derecho a escoger. Si hablamos de la última época de la presentadora (sin trabajo en televisión), que nos sirva para aprender y no para criticarla. Todos en algún momento de nuestras vidas tendremos que enfrentarnos al vacío. A ver cómo nos sale la jugada».