Tamara Falcó y Íñigo Onieva se convertirán en marido y mujer, si no pasa nada, el próximo 8 de julio. La pareja lo tiene prácticamente todo listo de cara al gran día, y también habrían empezado a pensar en el futuro más inmediato después del enlace. Nos referimos a la vida profesional del novio, que cambiará radicalmente cuando se convierta en un hombre casado. Y no con una mujer anónima y cualquiera, sino con la mediática marquesa de Griñón.
Hasta ahora siempre se había dedicado al negocio del ocio nocturno, un promotor de discotecas que tenía que salir de fiesta día sí día también. Esto no gustaría a su futura mujer, sobre todo porque sería aquí donde tendría más fácil ponerle los cuernos cómo ya hizo durante el primer compromiso.
Íñigo Onieva abandona las discotecas y da un giro profesional
Para cambiar de vida y ser un hombre de bien como quiere Tamara, dejará la noche y hará un giro profesional. La periodista Beatriz Cortázar ha asegurado que, a principios del año próximo, empezará una aventura en un trabajo «de alucinar»: «Íñigo ya tiene trabajo y es en una empresa ajena. Lo han contratado como socio no mayoritario de un lugar emblemático e histórico, el Café Gijón de Madrid. Se encargará de la nueva temporada de este clásico de tertulias, el que han rescatado de la quiebra un grupo de inversores. Él se encargará de volver a ponerlo de moda».

En este local, Tamara Falcó es conocida porque se le ha visto varias veces almorzando allá. El relaciones públicas tendrá el encargo de volver a situar este emblemático café y, para conseguirlo, lo han escogido a él como cara visible: «Su horario no será de discoteca, lo que es importante, y el local está cerca de casa, así que no se trasladarán».