Letizia protagoniza un reportaje en el que sus amigos sacan a la luz detalles desconocidos de su vida. La revista Vanity Fair ha rememorado la dificultad que experimentó cuando ingresó en la familia real, un momento complicado de gestionar para ella: «Se vio obligada a enfrentar críticas muy clasistas, elitistas y machistas que parecían injustas y muy poco fundamentadas», dice Carlos Alsina. El periodista ha sabido que dejar todo atrás ha generado en la reina española una seguridad «muy grata«.
Al principio, dicen que se enfadaba porque veía que se hablaba más de cómo vestía que de todo lo que hacía: «No es razonable que me valoren más por el vestido rojo que llevé a Copenhague que por mi actividad profesional o mis capacidades«, lamentó en su momento. Su imagen ha cambiado mucho desde entonces, también en la manera de comunicar. La presidenta de la Asociación Española de Comunicación No Verbal aplaude que los Borbones hayan cambiado de idea respecto al papel que ha desempeñado Letizia: «La hemos visto callada y a la sombra de Felipe VI durante demasiado tiempo cuando la comunicadora nata es ella«.
«En palacio quisieron que tuviera la misma imagen que su predecesora, pero ya no estamos en los años ochenta y ahora no es coherente que la reina no tenga más protagonismo. Hasta ahora no se habían explotado sus virtudes, pero está preparada. Al principio la veíamos muy rígida, con una tensión más evidente en la espalda y en el mentón», añade.
Letizia, vista de cerca por algunos de sus amigos
Ahora Letizia pisa fuerte y dicen, desde su entorno, que está muy concienciada en terminar de definir el papel que debe representar: «Lleva 20 años trabajando en esto. Sabe que su don es la comunicación, es quirúrgica y eso le permite profundizar en los temas«, dice Sonsoles Ónega, amiga y excompañera de trabajo en CNN+.
Ella, que la ha tratado de cerca en estos últimos años, afirma que es más sensible de lo que parece y niega que interprete un papel cuando se muestra preocupada por las desgracias ajenas: «A Letizia le afecta lo que vive y lo que ve, no pasa por los lugares de puntillas. Cuando se compromete, se compromete de verdad«. En el mismo sentido se pronuncia el experto en realeza José Antonio Zarzalejos: «A ella le llega muy a fondo todo lo que tiene que ver con los sentimientos y las opiniones de la gente y les da importancia porque sabe que son un buen termómetro del estado de ánimo general».
Una amiga cercana a ella dice a la revista que, en la intimidad, Letizia sigue siendo «la misma» que conocieron hace 20 años: «Trabaja siempre por la corona y por sus hijas, a quienes ha entregado media vida. Ella siempre se ha preocupado por las palabras, por la corrección en el lenguaje y la imagen. Era y es perfeccionista en el sentido más positivo de la palabra porque si hace algo, lo quiere hacer bien».

Un escrito que aprovechan para mostrar una imagen de la reina que creen que no se acaba de ver desde casa.