Ucrania ha cumplido su amenaza y a partir de este 1 de enero ha cerrado el flujo del gas natural ruso que va hacia la Unión Europea como medida de presión hacia Rusia. Durante estos últimos años, el gas natural de Moscú llegaba a Europa a través de Ucrania a pesar de la guerra, pero el último contrato vigente entre las gasistas nacionales de ambos países, la ucraniana Naftogaz y la rusa Gazprom, acaba de expirar y Kiev ha decidido no renovarlo en una decisión que costará miles de millones a Rusia.

“Dado que Ucrania repetidamente y claramente ha rechazado extender estos acuerdos, Gazprom no tiene la habilidad legal y técnica de enviar gas a través de Ucrania”, dice la compañía rusa en un comunicado. Los analistas calculan que la decisión de Kiev costará unos 800 millones de euros en tasas de tránsito para Naftogaz, mientras que Gazprom perderá más de 4.800 millones de euros en ventas de gas a Europa. Moldavia, uno de los países más afectados, ha reconocido que tendrá que reducir un tercio su consumo de gas natural debido a las dificultades de encontrar suministros alternativos. La decisión de Ucrania tendrá un impacto limitado en el mercado energético europeo. La cotización del gas natural se mantiene estable alrededor de los 48,5 euros por megavatio hora.

¿Cómo afecta a Europa la decisión de Kiev?

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, confirmó en diciembre que no se renovaría el contrato con Gazprom para evitar que Rusia ganara “millones con la sangre” de los ucranianos. La decisión de Kiev cierra una de las rutas de tránsito de gas natural más provechosas y pone fin a una situación anómala en la que Rusia ha obtenido beneficios multimillonarios exportando gas a Europa mientras hace una década que intenta conquistar Ucrania, primero con la ocupación de Crimea en 2014 y después con la invasión total de 2022.

Oficinas de la compañía estatal rusa Gazprom / DPA
Oficinas de la compañía estatal rusa Gazprom / DPA

Desde principios de diciembre, las reservas de gas en Europa han caído con fuerza y han cerrado el año en el 72%, lejos del 95% que había en octubre o del 86% con el que terminó el año pasado, según Gas Infraestructure Europe. En España, que no depende del gas natural ruso, las reservas están alrededor del 82%, mientras que en Alemania son del 80%, en Hungría del 68%, en Austria del 78% y en Eslovaquia del 75%.

Tranquilidad en Bruselas

En los últimos tres años, la Unión Europea ha intentado reducir su dependencia del gas natural ruso y ha buscado suministro alternativo firmando contratos con Catar o los Estados Unidos, pero el 18% de las importaciones de gas aún provienen de Rusia, aunque antes de la guerra suponían el 45%. A pesar de todo, Bruselas no está excesivamente preocupada por el cierre de la ruta ucraniana, ya que la “infraestructura de gas europea es suficientemente flexible para suministrar gas de origen no ruso a Europa central y del este a través de rutas alternativas”, según la portavoz de la Comisión Europea, Anna-Kaisa Itkonen.

Quien sí ha sufrido, y mucho, los efectos de la desconexión europea del gas natural ruso ha sido la empresa estatal Gazprom, que el último año ha perdido más de 6.700 millones de euros —la primera vez que registra números rojos en 25 años—, a pesar de los esfuerzos por compensar la pérdida de ventas en Europa con nuevos contratos con China.

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