El presidente de los Estados Unidos (EE.UU.), Donald Trump, ha anunciado que prohibirá la entrada al país a ciudadanos de una docena de países y restringirá la de otros siete. “He decidido restringir y limitar completamente la entrada de los ciudadanos de los siguientes países: Afganistán, Birmania, Chad, República del Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen”, ha indicado en un texto enviado a los medios. La entrada de estas personas a territorio estadounidense es, a ojos de Trump, perjudicial para los intereses nacionales del país. “No podemos permitir la migración abierta si no podemos examinar y seleccionar de forma segura y fiable quién quiere entrar a los Estados Unidos. Nada impedirá mantener nuestra seguridad”, ha aseverado. “No acabaremos como Europa”.

En el documento se anuncian también medidas restrictivas contra los visitantes que provengan de Burundi, Cuba, Laos, Sierra Leona, Togo, Turkmenistán y Venezuela. Sin embargo, habrá excepciones en este bloque de países en caso de que los ciudadanos sean residentes permanentes legales, titulares de visados existentes o, simplemente, se trate de personas que con su entrada “contribuyan a los intereses de los EE.UU.”, aunque no ha profundizado mucho en el significado de este punto.

Trump ha defendido la aplicación de estas medidas, que entrarán en vigor el próximo lunes, citando el atentado terrorista del domingo pasado en Boulder, Colorado, en el que un ciudadano de origen egipcio atacó una manifestación en apoyo a los rehenes israelíes capturados por Hamás y dejó 15 personas heridas. Recordando que el autor de los hechos disponía de un visado de turista caducado desde 2023, Trump ha advertido de los “graves peligros que derivan de la entrada al país de ciudadanos extranjeros que no han sido investigados lo suficiente o que se han quedado más tiempo del permitido”. Aun así, Egipto no figura en la lista de países vetados. Estas restricciones están sujetas a cambios en caso de que se produzcan “mejoras sustanciales”, de la misma manera que se pueden añadir más países si “surgen más amenazas en el mundo”, según ha explicado el polémico magnate a través de su red Truth Social.

El presidente de los EE.UU., Donald Trump, durante un discurso ante el Congreso / Europa Press/Contacto/Win McNamee – Pool via CNP

Las medidas son el resultado de un informe que el republicano solicitó a los departamentos de Estado y Seguridad Nacional al aterrizar en la Casa Blanca, con el objetivo de evaluar la situación de las “actitudes hostiles” hacia los EE.UU. y mejorar la seguridad nacional. Trump ha aprovechado para recordar que las prohibiciones impuestas durante el primer mandato de su administración permitieron prevenir “grandes ataques terroristas extranjeros en suelo estadounidense” y ha cargado contra su predecesor Joe Biden, a quien considera responsable de que actualmente haya “millones y millones de ilegales que no deberían estar en nuestro país”. El magnate también ha reprochado la actitud de Europa respecto a las políticas migratorias, criticando el aumento de población musulmana en el continente en la última década. “No permitiremos que en los Estados Unidos pase lo que ha pasado en Europa”, ha sentenciado.

Trump amplía la guerra contra los estudiantes internacionales

Pocas horas después, Trump ha firmado otro documento en el que suspende los visados a nuevos estudiantes internacionales de la Universidad Harvard y pide que se considere la revocación de aquellos que ya se encuentran cursando estudios en la prestigiosa institución académica. Según el texto, la universidad habría recibido financiamiento de “fuentes extranjeras” por un valor total de 1.000 millones de dólares y habría acogido a “miembros de una organización paramilitar vinculada al Partido Comunista Chino”. Según el republicano, Harvard habría admitido voluntariamente estudiantes que “buscan la destrucción de los Estados Unidos y sus aliados, o el exterminio de pueblos enteros”, motivo por el cual ha pedido que “se dejen de reducir las oportunidades de los estudiantes estadounidenses mediante la matriculación oficial de estudiantes extranjeros”.

Pekín ha respondido a las acusaciones esta mañana, instando a Washington a no “politizar” la cooperación educativa tras afirmar que la medida aplicada sobre Harvard erosiona la “credibilidad” internacional del país norteamericano. Según el portavoz del Ministerio de Exteriores, Lin Jian, China seguirá trabajando para defender los “legítimos derechos” de sus estudiantes en el extranjero. La medida ha llegado doce días después de que un tribunal federal de Massachusetts revocara la prohibición de la Casa Blanca contra la matriculación de estos alumnos, dando la razón a Harvard, que durante las últimas semanas ha sido el principal blanco de Trump en su cruzada contra las universidades en el país.

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