Un jurado de Nueva York ha condenado el expresidente de los Estados Unidos de América (EE. UU.), Donald Trump, por agresión sexual y difamación en la demanda de la escritora y excolumnista Elizabeth Jean Carroll en un caso civil. Los hechos se produjeron durante un encuentro en unos grandes almacenes de lujo de Nueva York la primavera de 1996. Carroll acusó Trump de violación y difamación, pero el jurado ha desestimado este primer cargo. El magnate norteamericano tendrá que indemnizar la víctima con cinco millones de dólares por daños y perjuicios.
El jurado federal estaba formado por seis hombres y tres mujeres y, después de unas dos horas y media de deliberación, ha dictaminado por unanimidad que el expresidente republicano difamó Carroll en un escrito que compartió en su red social, Truth Social, el octubre pasado. En este comunicado describía su caso como «una estafa completa» y «un fraude y una mentira». Una sentencia que se suma al nefasto historial legal de Trump y que supone una mancha más para su intención de convertirse en el candidato republicano para las elecciones presidenciales en los EE. UU., previstas para el 2024. El caso de Carroll no era la primera acusación por comportamiento sexual inapropiado del expresidente, pero sí que ha sido el primero en llegar a los juzgados.

Como no se trata de un caso penal, sino civil, no hay veredicto de culpabilidad o inocencia. La acusación solo ha necesitado dos semanas de proceso para demostrar al jurado la veracidad de las pruebas -si fuera un caso penal, habrían tenido que demostrar la culpabilidad del acusado más allá de una duda razonable-.
No testificó
Este mismo lunes, tanto la defensa como la acusación presentaron sus alegaciones finales. La acusación llevó once testigos a su presentación, una de las cuales la misma Carroll. En cambio, Trump se ha ausentado durante todo el proceso previo y rechazó testificar en el juicio.
Carroll decidió denunciar Trump el 2019, después de que el expresidente republicano la tildara de «pirada» y atacara su aspecto físico para desmentirla. A pesar de que la agresión sexual que sufrió el 1996 ya había prescrito, el 2022 entró en vigor una nueva ley en Nueva York que permitía la posibilidad que pudiera denunciarlo por agresión sexual al ser considerada superviviente de este tipo de agresiones.