Elon Musk sigue acaparando el foco mediático días después de que su experimento en la administración estadounidense tocara fondo. El magnate sudafricano, que durante los últimos cuatro meses ha estado a cargo del pseudodepartamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) de la Casa Blanca -desde donde se ha dedicado a promover cientos de despidos- ha cargado ahora contra quien ha sido su socio de confianza todo este tiempo, Donald Trump. Musk, que no hizo ningún comentario sobre el presidente el día de su retirada política, encendió ayer las redes con un mensaje en X en el que calificaba de «abominación repugnante» el proyecto de ley de reforma fiscal que Trump busca aplicar para recortar impuestos y aumentar el gasto militar. «Lo siento, pero ya no lo soporto más. Este proyecto de ley del Congreso, enorme, escandaloso y lleno de gastos superfluos, es una abominación repugnante. Qué vergüenza para los que votaron por esto. Saben que lo han hecho mal”, publicó en su perfil. Estas ásperas declaraciones contrastan con la última aparición pública entre el multimillonario y el republicano, en la que ambos compartieron elogios y Musk aseguró que seguiría actuando como «asesor y amigo» del inquilino de la Casa Blanca.

Según el hombre más rico del mundo, el proyecto de ley, que aún debe ser aprobado por el Senado, aumentará el déficit presupuestario en lugar de reducirlo. «Cargará a los ciudadanos estadounidenses con una deuda insostenible«, alertaba en un mensaje posterior en su red social. Para Musk, la medida supondrá un revés importante al trabajo llevado a cabo por él mismo durante su período como jefe de DOGE, de donde ha salido con unos resultados muy alejados de los objetivos que había prometido a pesar de despedir a 250.000 funcionarios federales. Este no es el primer golpe que Musk muestra su disconformidad con la hoja de ruta de la administración Trump, sobre todo en materia económica. Recientemente, afirmaba en el programa CBS Sunday Morning que el proyecto trumpista erosionaría los avances logrados por DOGE e insistía en el uso de la motosierra para reducir al mínimo las instituciones gubernamentales.

Varios funcionarios de la administración Trump han respondido a las críticas del sudafricano, calificándolas de «muy decepcionantes» y asegurando que el magnate está fuera de sí. Mike Johnson, presidente de la Cámara de Representantes, declaraba ayer que, si bien valora el trabajo realizado por Musk durante los últimos meses, este no debería ser tan crítico con la ley que permitirá «el mayor ahorro de cualquier gobierno del planeta«. Por otro lado, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, ha restado importancia a las críticas del multimillonario y ha afirmado que «el presidente ya sabe cuál es la postura de Musk, y esta no cambiará su opinión».

Musk señalado por el uso de drogas durante su paso por la Casa Blanca

Esta tampoco es la primera polémica que salpica al hombre más rico del mundo desde su salida del gobierno republicano. La semana pasada, una investigación del New York Times aseguraba que Musk habría consumido drogas asiduamente durante su corto período de tiempo como mano derecha del presidente Trump. De acuerdo con el informe del diario, se le atribuye el uso de ketamina, éxtasis y hongos psicodélicos, entre otras sustancias igualmente perjudiciales. Sin embargo, no se confirma si las decisiones tomadas por el sudafricano estuvieron influenciadas de alguna manera por este consumo de estupefacientes.

Elon Musk con una motosierra con el presidente argentino, Javier Milei, en medio de su intervención en la convención conservadora CPAC / EP
Elon Musk con una motosierra con el presidente argentino, Javier Milei, en medio de su intervención en la convención conservadora CPAC / EP

Anteriormente, Musk había reconocido que consumía ketamina bajo prescripción médica como antidepresivo, aunque aseguraba no tener relación con las drogas ilegales. Sin embargo, el Wall Street Journal ya había informado en 2023 de un uso similar de sustancias ilícitas por parte del sudafricano, lo que generó preocupación entre los directivos de sus compañías. En caso de confirmarse, las informaciones del Times podrían tener graves consecuencias para la menguante reputación del hombre más rico del mundo, quien sigue en el centro del huracán mediático no por sus logros tecnológicos o avances espaciales, sino por un errático comportamiento que parece condicionar cada vez más su vida personal y empresarial.

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