El alto el fuego acordado entre el gobierno israelí y Hamás ha abierto un nuevo frente en la Franja de Gaza. Mientras el flamante presidente estadounidense, Donald Trump -uno de los grandes aliados del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu– ha sugerido vaciar Gaza de palestinos para convertirla en la «Riviera del Oriente Medio», el gobierno israelí ha encargado a su ejército la preparación de un plan para que los residentes de Gaza se marchen «voluntariamente» de la Franja y se establezcan «en cualquier país que los quiera recibir». Así lo ha hecho saber este jueves por la mañana el ministro de defensa del país, Israel Katz, a través de una publicación en las redes sociales, en la que ha desafiado a los países que han sido más críticos con sus políticas de guerra a acoger a todos los palestinos desplazados: «Países como España, Irlanda, Noruega y otros, que han acusado falsamente a Israel sobre sus acciones en Gaza, están legalmente obligados a permitir la entrada de los gazatíes en su territorio», ha defendido Katz.

Para el ministro israelí, si el gobierno español, en manos de Pedro Sánchez, u otros países que han criticado la gestión del conflicto bélico de Netanyahu no abren las puertas de par en par «expondrán» su «hipocresía». Las palabras del ministro de defensa de Israel, sin embargo, no han sido bien recibidas entre las filas del ejecutivo de Sánchez. Por su parte, en respuesta a las palabras de Katz, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, ha querido dejar claro que no acepta órdenes de «terceros» sobre qué hacer con su política internacional de España: «España toma sus decisiones soberanamente y autónomamente, ningún tercero debe decirnos qué hacer», ha afirmado Albares en una entrevista en Radio Nacional (RNE). «Nadie debe entrar a debatir sobre dónde deben ir los palestinos de Gaza, su tierra es Gaza», ha continuado. Unas palabras, pues, que se contraponen directamente con la intención de Netanyahu y su socio en la Casa Blanca.

El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, durante el 15º Congreso Regional del PSOE / Jesús Hellín (Europa Press)

Un dardo envenenado contra España

Las declaraciones de Katz responden a la petición que el Estado español, junto con Irlanda, impulsó el año pasado en la que sugerían una revisión del acuerdo de asociación entre la Unión Europea e Israel por violaciones de los derechos humanos por parte de Tel-Aviv. La petición, sin embargo, finalmente no prosperó debido a la negativa de países como Austria, Alemania, Hungría o la República Checa, que no apoyaron impulsar una condena firme contra Netanyahu -y se necesitaba la unanimidad de los 27 estados miembro para poder sacarla adelante.

Por su parte, el ministro de defensa israelí insiste en que la población de Gaza debe tener el derecho a la libertad de movimiento y migración «como es habitual en todas las partes del mundo». Es por esto, pues, que considera que la propuesta del presidente estadounidense es positiva para la población palestina: «[La propuesta de Trump] puede generar grandes oportunidades para aquellos que quieren marcharse de Gaza, ayudarles a instalarse en países de acogida y apoyar una reconstrucción a largo plazo basada en la desmilitarización y una Gaza libre de amenazas después de Hamás», sostiene Katz. En esta línea, el mandatario de la Casa Blanca se ha mostrado convencido de que Israel “entregará” Gaza a los estadounidenses una vez termine la guerra: «Los EE.UU., trabajando con grandes equipos de construcción de todo el mundo, comenzarían lentamente y con cuidado la construcción de lo que se convertiría en uno de los proyectos de desarrollo más grandes y espectaculares del mundo», ha aseverado el presidente estadounidense en un mensaje en Truth Social.

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