Nueva fumata negra y a seguir esperando. Las decenas de cardenales reunidos en la Capilla Sixtina tampoco han logrado ponerse de acuerdo en el segundo intento para elegir al próximo papa. Este jueves por la mañana ningún cardenal ha conseguido los apoyos necesarios para ser elegido nuevo pontífice en la segunda y tercera votaciones que se han llevado a cabo en la Capilla Sixtina. La humareda negra ha salido a las 11.52 de la chimenea instalada en la basílica de San Pedro, señal de que el mundo tendrá que esperar aún un poco más para saber el sucesor del papa Francisco. Esta tarde hay previstas dos nuevas votaciones y una fumata.
El humo negro ha sorprendido a los miles de personas congregadas en la plaza, ya que se esperaba que el anuncio se hiciera un poco más tarde. De cara a la tarde, se realizará una primera votación que, si termina con la elección del nuevo papa, dará lugar a una fumata blanca a las 17.30, mientras que si continúa sin haber acuerdo, se producirá una nueva votación y no será hasta alrededor de las 19.00 que habrá humareda, tanto si es blanca como negra.
La falta de consenso entre los 133 cardenales que deben elegir al nuevo papa no hace prever un acuerdo rápido. Los expertos habían descartado un acuerdo este miércoles en la primera votación —en los últimos 150 años nunca se ha elegido un papa en la primera ronda— y tampoco parece que se pueda lograr hoy mismo. El 80% de los cardenales presentes en el cónclave fueron nombrados por el papa Francisco y muchos de ellos no se conocen, vienen de países y culturas muy diferentes y tienen poca experiencia en la materia.

La primera fumata, con tres horas de retraso
La primera fumata del cónclave se preveía hacia las siete de la tarde, pero los miles de seguidores que esperaban noticias en la plaza de San Pedro del Vaticano tuvieron que esperar más de tres horas. El de miércoles fue un primer acto solemne, ceremonioso y con juramento. Largo, muy largo, y sin premio. Los 133 cardenales estarán aislados, sin teléfonos ni comunicaciones en el Vaticano, tendrán que votar hasta que haya acuerdo. Solo si algún candidato alcanza la mayoría de dos tercios habrá fumata blanca.
El cónclave comenzó puntual, después de almorzar, con los cardenales vestidos de rojo, en recuerdo a los mártires del cristianismo, y habiéndose congregado por la mañana en una misa. Los cardenales rezan al espíritu santo para que los guíe en una decisión trascendental: si el próximo papado sigue las directrices reformistas de Francisco I o si hace un giro a la derecha, retornando la iglesia a posturas más conservadoras. La mayoría de electores están en Roma desde el entierro de Bergoglio y las primeras conversaciones ya se han producido en los pasillos y en almuerzos o cenas. Incluso hay medios internacionales que dejan entrever movimientos de algunos jefes de estado importantes, Macron en Francia o Meloni en Italia, para inclinar la balanza hacia sus intereses, lo que explica la trascendencia de la decisión.