Francia se está acostumbrando a vivir en estado de shock. Con un primer ministro dimitido y renombrado con pocos días de diferencia, el expresidente Nicolas Sarkozy ingresando en prisión por haber conspirado con el dictador libio Moammar al-Gaddafi hace 15 años para financiar una campaña electoral y el histórico robo en el Museo del Louvre, la sociedad francesa tardará tiempo en olvidar este mes de octubre de 2025. El presidente francés, Emmanuel Macron, atraviesa uno de los peores momentos desde que llegó al Elíseo y se dedica a apagar incendios por doquier mientras la extrema derecha avanza sin detenerse.

La reacción de Macron el día antes de que Sarkozy ingresara en prisión fue filtrar los detalles de la discreta reunión que mantuvieron el viernes. El expresidente aún goza de cierto apoyo social y político entre la derecha tradicional a pesar de que ya tiene otra condena firme por corrupción y tráfico de influencias. En las últimas semanas, varios altos cargos del gobierno de Sébastien Lecornu han mostrado su apoyo a Sarkozy, quien dirigió Francia entre 2007 y 2012. El ministro de Justicia, Gérald Darmanin, antiguo compañero de partido de Sarkozy, ya ha adelantado que lo visitará en prisión.

El expresidente francés ha entrado en la prisión parisina de la Santé a primera hora de este martes. Sarkozy salió de casa acompañado de su esposa, Carla Bruni, donde lo esperaba una multitud que cantó La Marsellesa. El político saludó a las personas que se congregaron para apoyarlo y se subió al coche que lo llevó al centro penitenciario, donde llegó a través de una entrada secundaria acompañado por uno de sus abogados, Christophe Ingrain. Una vez dentro del recinto, Sarkozy siguió los protocolos administrativos habituales, aunque por motivos de seguridad estará aislado y tendrá una celda para él solo.

Varias unidades de la policía francesa custodian el camión de mudanzas que los ladrones usaron para entrar al Louvre / Dimitar Dilkoff/AFP/dpa

Es la primera vez que un expresidente de la República entra en prisión y lo hace sin sentencia firme, ha recurrido contra la decisión del juez, quien no quiso esperar a la apelación y dictaminó su ingreso inmediato en prisión. Sarkozy, quien no ha pedido ningún trato especial mientras está en prisión, siempre ha defendido su inocencia y ha denunciado una persecución política en su contra. Se espera que la revisión de su recurso tenga lugar en unos seis meses. Su abogado considera un “delirio” y una “humillación” el encarcelamiento de Sarkozy y ha anunciado que solicitará la libertad condicional inmediata, aunque la decisión podría tardar un mes.

El robo del Louvre abre una crisis nacional

El robo de las joyas de la etapa imperial de Napoleón y su esposa Josefina del Louvre ha abierto una crisis nacional en Francia. Lejos de los espectaculares robos de las películas, la sencillez de la operación de este fin de semana ha dejado al descubierto las numerosas deficiencias del sistema de seguridad del museo más importante del país. El ministro del Interior, Laurent Núñez, ha ordenado una revisión a escala nacional de la seguridad de todos los museos. Núñez ha pedido a los mandos de la policía de todo el país que evalúen y refuercen las medidas de seguridad de los edificios culturales.

Los ministerios del Interior y de Cultura han convocado una reunión conjunta para analizar la situación e identificar posibles deficiencias para evitar que se repita una situación que muchos ven como un ridículo nacional. El Louvre permaneció cerrado este lunes —y de momento no tiene fecha de reapertura— mientras la policía aún busca a los cuatro enmascarados que el domingo entraron a la galería Apolo y se llevaron las joyas de Napoleón. Las autoridades francesas han anunciado una investigación administrativa paralela a la policial para esclarecer la situación.

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