Ucrania y Rusia comienzan este lunes en Estambul lo que debería ser una segunda ronda de conversaciones de paz –después del fracaso de la primera–, unas horas después de que el gobierno de Volodímir Zelenski confirmara ayer una serie de ataques contra «aviación estratégica» rusa en cinco regiones diferentes del país. Los bombardeos, efectuados por drones no tripulados, han dejado al menos 13 aviones destruidos y han causado daños al arsenal ruso por valor de 2.000 millones de dólares, según afirma la inteligencia ucraniana. La ofensiva fue planificada por el propio presidente Zelenski en colaboración con el jefe de la SBU, la agencia de seguridad nacional del país. «En total, 385 objetivos aéreos han sido suprimidos por nuestras unidades de defensa aérea», ha afirmado el ministerio de Defensa de Ucrania. A pesar de la magnitud de la operación, no se han producido muertos ni heridos. Sin embargo, Rusia ha denunciado que, al mismo tiempo, Kiev ha orquestado dos ataques terroristas en las regiones de Briansk y Kursk, uno de los cuales habría provocado el descarrilamiento de un tren y, en consecuencia, la muerte de siete ciudadanos rusos.

Zelenski ha calificado de «brillante» la operación contra los objetivos aéreos, remarcando los preparativos llevados a cabo para evitar daños civiles. «El ataque ha sido en territorio enemigo y los objetivos eran exclusivamente militares, concretamente material utilizado para atacar Ucrania», destacaba ayer por la noche el mandatario, en un discurso oficial. «Ha causado pérdidas verdaderamente significativas a Rusia, totalmente justificadas y merecidas«, remataba. Las autoridades rusas han calificado el ataque de «terrorista» y han confirmado que «varias aeronaves se han incendiado», aunque no han proporcionado más detalles sobre las pérdidas sufridas. De hecho, han sacado pecho asegurando que «el grueso de los ataques aéreos ha sido repelido».

Zelenski, en una visita al terreno | Europa Press / Contacto / Ukraine Presidency / Ukrainian

Una ofensiva que hace tambalear las frágiles conversaciones de paz

El ataque ucraniano se ha producido pocas horas antes de la segunda ronda de conversaciones entre funcionarios de Kiev y Moscú, que tiene lugar este lunes en Estambul. Zelenski ratificó la participación de su país en las conversaciones poco después del ataque orquestado por él mismo. Su delegación estará liderada por el ministro de Defensa del país, Rustem Umerov, quien ya representó la parte ucraniana durante la primera ronda de conversaciones del mes pasado.

Durante la cumbre, se espera que ambas partes intercambien un documento en el que se establezcan, primordialmente, las condiciones necesarias para el logro de un alto el fuego. Zelenski, sin embargo, ha asegurado que intentará poner sobre la mesa otras cuestiones como la liberación de prisioneros de guerra y el retorno de niños ucranianos que se encuentran en territorio anexado por Rusia desde 2022. El ucraniano también ha recordado que, a pesar de la importancia de este nuevo episodio de diálogo, el conflicto no se desbloqueará hasta que no se produzca una reunión «cara a cara» entre él y el líder ruso, Vladímir Putin.

Las delegaciones de Rusia y Ucrania comienzan su reunión en Estambul, el mes pasado / EP / Liu Lei
Las delegaciones de Rusia y Ucrania comienzan su reunión en Estambul, el mes pasado / EP / Liu Lei

«La propuesta ucraniana presentada es lógica y realista», aseguraba Zelenski ayer por la noche. «Los rusos no han compartido su memorándum con nadie, ni siquiera con los turcos o los estadounidenses. A pesar de todo, intentaremos lograr al menos algún avance en el camino hacia la paz», añadía el mandatario. En cuanto a la delegación rusa, dirigida por el asesor presidencial Vladímir Medinski, presentará un documento sobre «los aspectos necesarios para superar las causas profundas de la crisis», según han adelantado fuentes diplomáticas de Moscú. Esto significa que el Kremlin pondrá nuevamente sobre la mesa la problemática relativa a la ampliación de la OTAN hacia el este de Europa, fenómeno que Rusia considera un grave peligro para su seguridad nacional y lo utiliza como justificación de la invasión iniciada en 2022.

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