Ya hace casi 48 horas que desapareció del mapa un submarino que transportaba pasajeros hasta los restos del emblemático naufragio del Titanic. Las últimas informaciones indican que había 5 personas a bordo de la embarcación de la empresa OceanGate Expeditions, bautizada como Titán, en el momento que se le perdió la pista que estaban realizando una expedición turística por las aguas canadienses en dirección al transatlántico. A estas alturas los equipos de investigación de la Guardia Costera de Boston todavía están trabajando para intentar localizar el submarino y poder rescatar sanos y salvos a los cinco pasajeros.
Las últimas informaciones del equipo de rescate aseguran que han detectado «ruidos submarinos» al área de desaparición, pero no han podido concretar de donde provenían. La carrera contra reloj continúa. Ahora bien, las condiciones en las cuales se encuentran dificultan poder ser optimistas sobre su estado.
La ubicación del Titanic
Lo primero de los motivos que desanima los resultados óptimos es la ubicación en la cual se encuentra el Titanic. El naufragio está situado a unos 600 kilómetros de la costa canadiense de Newfoundland, motivo por el cual la distancia de operación que tienen que abarcar los equipos de rescate es más elevada. De hecho, a estas alturas los equipos de salvamento ya han recorrido más de 13.000 kilómetros cuadrados sin éxito.
La profundidad
El segundo motivo es la profundidad en las cuales se encuentran los restos del transatlántico: 3.800 metros. Esta cifra es mucho más elevada a la del rescate que se ha hecho en más profundidad: el rescate de Roger Chapman y Roger Mallison del año 1973 en el cual los consiguieron recuperar de un submarino que se encontraba en unos 480 metros. Así pues, entendiendo el precedente y las condiciones actuales, la situación no es esperanzadora.

Falta de oxígeno
El tercer motivo que hace saltar las alarmas es la capacidad de oxígeno del submarino. Según las últimas afirmaciones de ayer por la tarde del capitán de la Guardia Costa de los Estados Unidos Jamie Frederick, al submarino le quedarían poco más de cuarenta horas porque se acaben las reservas de oxígeno de la embarcación, es decir, que los equipos de rescate tienen que completar con éxito su misión antes de media mañana de mañana, jueves 22 de junio. A todo esto se le añaden la posible escasez de alimentos y agua. Justo es decir, pero, que según algunos de los pasajeros que han usado este servicio en el pasado preguntados por la BBC, el submarino está bien proveído de alimentos y de agua.
Una aguja perdida en la inmensidad
El cuarto motivo que complica mantenerse optimista para localizar el submarino desaparecido son sus dimensiones. Al tratarse de un sumergible de solo 6,5 metros de eslora, es decir, una embarcación de medidas similares a una lancha de motor, lo convierte en una aguja perdida en medio de la inmensidad. En las últimas 24 horas, los equipos de salvamento han navegado y sobrevolado el terreno con la esperanza de localizar algún elemento que sobresalga a la superficie.
Las dificultades de los equipos de rescate
Por último, el quinto factor que complica el optimismo es el conjunto de dificultades técnicas con las cuales se encuentran los equipos de rescate. Por ejemplo, una de las contras con que se encuentra el cuerpo de la Marina de los Estados Unidos que está trabajando para localizar el sumergible es que sus submarinos solo pueden descender hasta unos 250 metros aproximadamente, y en caso de adentrarse más en el océano el caso de las embarcaciones no soportaría la presión atmosférica. Este problema, pero, también existía en el rescate del 1973 de Roger Chapman y Roger Mallison. En aquel momento se optó para utilizar otros barcos sin tripulación para localizar el submarino y arrastrarlo posteriormente hasta la superficie. Ahora bien, la agravante de no saber exactamente donde se ha esfumado el Titán dificulta calcular si ahora también serían efectivos estos métodos alternativos.




