António Guterres afronta su segundo y definitivo mandato como secretario general de Naciones Unidas. Forjado en el catolicismo portugués y proveniente del ala más centrista del socialismo, se ha destapado este año 2023 como un líder mundial osado con un rol activo en la presión a los estados para adoptar decisiones en la lucha contra el cambio climático y con un papel relevante en la guerra de Ucrania. Pero sobre todo se ha hecho un lugar en el mundo con su rechazo frontal a los ataques de Israel en la Franja de Gaza. Desde un primer momento, ha criticado duramente la actuación del gobierno de Benjamin Netanyahu y ha explicado el ataque de Hamás como fruto de «56 años de ocupación», en referencia a los territorios ocupados a partir de la guerra del 1967. Expertos consultados por El Món subrayan que es una persona «formada e informada» que conoce muy bien todo el tema humanitario por su gestión al frente de ACNUR e intenta que la población recupere la percepción que la ONU es una entidad útil para lograr sus principales objetivos fundacionales: la paz y la seguridad mundial.
Rafael Grasa, profesor de Relaciones Internacionales a la UAB y expresidente del Instituto Catalán por la Pau, destaca que Guterres se ha especializado a ser «la conciencia moral que nos recuerda lo estamos haciendo mal» con el cambio climático, el tema humanitario y con las guerras. Para el ex consejero de Exteriores Alfred Bosch, también colaborador de El Món, el líder de la ONU es una persona «informada y formada». «Él no es ni mucho menos un líder mundial alejado de la realidad sobre el terreno y creo que esto lo hace diferente», sentencia, y resalta que «se está haciendo una imagen muy respetable por hablar en plata, fundadamente».
Grasa subraya que António Guterres «no puede evitar la percepción que Naciones unidas no hace aquello que tendría que hacer», pero le reconoce su insistencia a reforzar el papel de Naciones Unidas y resolver su «inoperancia» para que la gente se «tome seriamente» la organización. «Guterres ha sido osado y valiente» a la hora de «poner el grito en el cielo» para intentar que la organización recupere un papel central al lograr sus principales objetivos, que son la paz y la seguridad mundial. «El punto osado ha sido que ha imitado a la persona que fue más lejos en estos asuntos, al comienzo de la organización, que es Dag Hammarskjöld, que es el primero que invocó el artículo 99″, recuerdan tanto Rafael Grasa como Alfred Bosch.

Invocación del artículo 99
Guterres ha alertado del riesgo de «colapso humanitario» en la Franja de Gaza y ha sido la figura internacional que más ha replicado el discurso del gobierno de Israel sobre la Franja de Gaza hasta el punto de tomar una decisión excepcional como invocar el artículo 99 de la Carta de las Naciones Unidas. En este caso, el secretario general convoca al Consejo de Seguridad porque ve en peligro «la paz y la seguridad internacional». «Ha sido osado porque hacía mucho tiempo que no se hacía», destaca el profesor de relaciones internacionales, y añade que «no se ha arrugado» ante la actitud de Israel. Bosch, por su parte, remarca que Guterres «conoce Naciones Unidas, ha trabajado en diferentes capacidades, es un estadista veterano y, por lo tanto, a él no le caen los anillos si se tiene que enfrentar a Israel y Estados Unidos».
A pesar de que invocar el artículo 99 no le otorga poder ejecutivo, y que los EEUU vetaron hacer exigible un alto el fuego, la acción de Antonio Guterres hizo que el ministro de Exteriores de Israel, Eli Cohen, lo acusara de «ser un peligro para la paz mundial» y de apoyar «el secuestro de niños». La ruptura entre Israel y Guterres parece irreversible. «Él entiende la gravedad de lo que está pasando y las consecuencias que puede llegar a tener. Sin duda, la situación de la población de Gaza antes de la incursión israelí era preocupante, pero ahora es dramática. Y si hasta ahora ha provocado un fenómeno como Hamás a partir de esta incursión puede provocar un fenómeno todavía peor que Hamás», apunta Bosch.
Guterres quiere una ONU de consenso que no se esconda en los conflictos
A pesar del voto en contra de Estados Unidos, la votación demostró que la mayor parte de la comunidad internacional entiende que Israel tiene derecho a la legítima defensa y que Hamás se pasó de la raya con su ataque, pero el expresidente del Instituto Catalán por la Pau resalta que también evidencia que «ya hace mucho tiempo que Israel vulnera intencionadamente las reglas del derecho humanitario e internacional». «Él recuerda que la ONU se creó para solucionar este tipo de problemas y aprovechar para lamentarse que no pueda», expone, y cree que su intención es «ablandar la función de los Estados Unidos».

El ex consejero de Exteriores, por su parte, opina que el secretario general de las Naciones Unidas «está convencido de que la ONU tiene que ser una plataforma de consenso, pero cree que hay causas y crisis en las cuales tiene que forzar la máquina». En este sentido, señala que él tiene claro que Naciones Unidas «no puede esconder la cabeza bajo el ala» y tiene que ser una entidad visible en este tipo de conflictos, aunque no tenga «ningunas de ganas de enfrentarse» a potencias mundiales como Estados Unidos o Israel. «Pienso que él quiere equilibrar la diplomacia con los valores y enfrentar las crisis cuando vienen», concluye.
Un secretario general impactado por los refugiados
De hecho, Alfred Bosch y Rafael Grasa destacan que António Guterres es un hombre que proviene de la tradición política, de gobierno, de acción, pero también ha tenido un papel relevante en el campo de refugiados y su gestión al frente del ACNUR fue muy elogiada. Gracias a él también se pudo tomar conciencia de la tragedia de conflictos como el del Sudán del Sur o Siria. En sus diez años de gestión, la cifra de desplazados en el mundo pasó de 38 a 60 millones de personas. Fue con este bagaje que asumió la secretaría general de la ONU.
Ambos coinciden al señalar que «conoce perfectamente todo el drama de los refugiados en el ámbito mundial», pero Bosch destaca que Guterres «sabe de quién estamos hablando, de cuánta gente, de los trances que han tenido que pasar y del historial de la gente que vive en Gaza». «Sabe perfectamente el nivel de sufrimiento que ha habido durante muchos años y el sufrimiento extraordinario que supone la entrada del ejército Israelí», concluye.