Oriol Brunet (Sabadell, 1996), compositor, cantante y músico de Azul -nombre que escogió por este proyecto en homenaje al grupo de su abuelo-, empezó en 2018 a hacer las primeras pasas dentro de la escena musical de Cataluña, devuelve después de un año de cocinar a fuego lento su nuevo disco: Psicodèlia Mediterrània. Un trabajo de estudio autoproducido y masterizado por el mismo artista con la colaboración de Pol Folguera con que el cantante, adherido al sello discográfico Jardí Amagat, intenta condensar una «desenfadada investigación de la belleza autóctona» y reflejar los «pequeños placeres» de la cotidianidad en un recopilatorio de 9 canciones que fusiona varios estilos musicales. A diferencia de sus otros discos, en este último trabajo, que ha salido a la luz este viernes 13 de septiembre, Oriol Brunet apuesta para hacer un «salto al vacío» y presentar su primer proyecto exclusivamente en catalán. En conversación con El Món, el artista sabadellense profundiza en el reparto «desigual» de la industria musical de Cataluña y la importancia de reconducir la forma de consumir música.

‘Psicodèlia Mediterrània’ nos dibuja un viaje por las escenas del día a día a la costa catalana que recuerdan, en cierto punto, en verano. El disco pretende abocar este recuerdo?

Mi intención no es hablar del verano, sino reflejar la cotidianidad de la vida mediterránea, que es un elemento que nos define como país. Desde largos sobremesas que se alargan hasta la tarde hasta cenas que se ensartan de madrugada. Es posible que alguien pueda identificar el verano en esta sensación, pero mi intención ha sido reflejar los paisajes rurales de Cataluña, nuestras costumbres, la atención al por menor que tenemos los catalanes… Precisamente, después de estar viviendo en Barcelona durante unos años, me he refugiado en un pueblo del Ampurdán para construir este disco y esto me ha permitido reconectar con aspectos de mí mismo que han cambiado en comparación a cuando vivía en Sabadell.

Es por este motivo, pues, que durante el disco aparece bastante la dicotomía pueblo-ciudad.

Creo que en este disco he romantitzat mucho la vida de pueblo, pero sí que es verdad que hay aspectos muy inhumanos de vivir completamente alejados de la naturaleza [en referencia en Barcelona] y sin tener mucha relación con la gente de tu entorno, porque al final a tus vecinos no los conoces, o ni te saludas en el ascensor. En cambio, creo que la gente de pueblo está hecha de otro modo. Que es evidente que tiene cosas buenas y malas, pero creo que el ritmo vital con que funcionen y la contemplación a la naturaleza les den otra perspectiva de vida.

Azul, artista musical. Barcelona 10-09-2024 / Mireia Comas
Oriol Brunet, cantante, compositor y músico de Azul. Barcelona 10-09-2024 / Mireia Comas

‘Psicodèlia Mediterrània’ también nos presenta varios estilos. Con esta fusión, buscaba crear un nuevo género?

Más que crear un nuevo género, que yo no he creado nada, he ido madurando con los años una manera de hacer música que ha desencadenado en esta psicodèlia mediterránea, que incorpora notas del pop psicodélico norteamericano, pero que no acaba de ser ni pop ni psicodelia. Es, en cierto modo, una manera de etiquetarme como artista. Mezclar el concepto de tradición y de los pequeños placeres más hedonistas que tenemos la gente que hemos nacido en el Mediterráneo con la influencia más americana, o incluso anglosajona, de la psicodèlia [como género musical] de los años setenta. Buscar un concepto que me permitiera englobarlo todo, porque socialmente es necesario poner etiquetas, con las cosas buenas y malas que esto comporta.

Estilísticamente, se aleja un poco de los anteriores trabajos de estudio, con un sonido un punto más austero y fresco. Es un cambio buscado?

Es cierto que no eres la primera persona que me lo comenta… Al ser un disco con menos psicodèlia, no tan etéreo, podría parecer un disco mucho más aterrizado, cosa que puede hacer esta sensación de austeridad, porque quizás encuentras más buenas canciones, las cuales no hay que recubrirlas con tantas capas. Creo que sí que se nota un aprendizaje en comparación a los últimos trabajos que me permite hacer música de manera más desnudada [instrumentalmente hablando]. También es cierto que, en cierto modo, hay una investigación para hacer canciones no más frescas, sino más bailables, a pesar de que no tienen nada que ver con el pensamiento colectivo de que es la música bailable [en referencia a los sonidos más latinos y los géneros urbanos], sí que he intentado trabajar para que la gente baile en mis conciertos. No he hecho un gran cambio de perspectiva hacia el último disco, pero sí que la evolución natural de la composición me ha llevado por este camino.

Otro aspecto que se diferencia en comparación a los últimos discos es que este es totalmente en catalán.

Hacer más música en catalán [anteriormente el grosor de canciones era en inglés] es una idea que hacía tiempo que me rondaba por el jefe. Ya había ido haciendo alguna canción en mi lengua en los anteriores discos, pero muy puntualmente. Y al final, por un cambio de influencias del que he escuchado desde siempre a nivel de propuesta catalana, he visto que se puede hacer el estilo de música que hago y que funcione. Bandas como El pequeño de Cal Eril, que a pesar de que por géneros no es el mismo que el que hago yo, Ludwig Band, Dan Peralbo y El Convoy o los Filipin Yess [algunas bandas de las cuales también forman parte del sello discográfico independiente el Jardí Amagat] son propuestas muy buenas que se están haciendo un nombre dentro de la industria musical de Cataluña. A pesar de que no son influencias directas en este álbum, seguro que hay dejes de la sonoridad que se pueden notar.

Cantar en catalán en este disco también tiene un componente de industria, porque con este tiempo, cantante en inglés dentro del circuito catalán, he visto que hay una desconexión lingüística con el interlocutor que el público no acaba de comprar. Más allá de esto, pero, teniendo en cuenta que el disco trata de reconectar con nuestra esencia mediterránea, a menudo desvirtuada en las grandes ciudades, que mejor que hacer un disco con la lengua que utilizo cada día… Que mejor que esto para sentirte como casa y volver a tus raíces.

‘Psicodèlia Mediterráneo’ tiene cabida dentro de la industria catalana? Hay una de solo -entendimiento como la música mainstream– o son diversas?

Creo que dentro de la industria musical catalana hay varios circuitos, el más evidente es la movida urbana que se ha expandido en los últimos años, pero también hay otros grupos que no forman parte de la escena mainstream [al menos, de manera explícita], como por ejemplo Ludwig Band, que son capaces de crear grandes conexiones con el público de todas las edades, desde los más pequeños hasta los más grandes. En Cataluña también hay agujero por estos estilos musicales, son grupos que tienen muy potencial y se están programando. Parece que la industria se está expandiendo.

Azul, artista musical. Barcelona 10-09-2024 / Mireia Comas
Oriol Brunet, cantante, compositor y músico de Azul. Barcelona 10-09-2024 / Mireia Comas

En qué sentido?

Creo que, ahora mismo, Cataluña vive un momento histórico en el ámbito cultural. Es paradójico porque, en los últimos años es cuando se ha agraviado la preocupación por la lengua, pero a la vez es el momento donde considero que hay más oferta cultural, divulgadores y nuevas hornadas de músicos en catalán. En los últimos años parecía que la industria había quedado un poco estancada, que no sabía muy bien jefe donde crecer, y de repente han aparecido infinidad de artistas con nuevas propuestas musicales, y unas propuestas con muchos menos prejuicios en la hora de crear. Musicalmente hablando, estamos en un buen mucho momento, pero si nos ponemos a rascar un poco también es cierto que está muy monopolizada por el sector público. En el documental que hizo TV3 sobre La banda del patio se explicaba muy bien los efectos sociales de esta nueva oleada de artistas, pero no se explica que dos o tres personas que manejan lo panorama dedican todos los esfuerzos porque los contraten en el sector público y llevarse el dinero que los ayuntamientos tienen para invertir en cultura. Son dos o tres discográficas que tienen controladas prácticamente el 80% de los grupos de las fiestas mayores de Cataluña.

Las fiestas mayores tienen mucho peso dentro de la vida de los grupos en Cataluña?

Tal como está entendida la industria, tienen mucho peso. El gran problema es que no hay bastante dinero para que funcione una industria musical en Cataluña. A pesar de que, evidentemente, no nos podemos comparar, si tuviéramos un modelo similar al americano, donde hay muchos acontecimientos privados y muchas salas, las cosas funcionarían diferente, pero aquí se está perdiendo esta cultura [la de conciertos en salas] porque la gente se centra en las fiestas mayores, porque es donde hay el peso económico. Entonces, si toda esta inversión que se da a los ayuntamientos para que contraten cultura acaban siempre recayendo en las manos de las mismas discográficas, los grupos que forman parte del circuito de fiestas mayores siempre es el mismo, y la industria que puede vivir de la música acaba reduciendose.

Es decir, el reparto económico de la industria es desigual.

Exacto. Hay que tener en cuenta que el regidor de cultura de cualquier pueblo no conoce los grupos emergentes que salen a Cataluña, pero sí que tiene un listado, facilidad por las grandes discográficas, con los cuatro grupos de referencia, y esto hace que acaben siendo siempre los mismos en todas partes. El único caso excepcional es The Tyets, que a pesar de venir de un sello muy pequeño ha acabado convirtiéndose en un gran referente. Pero es un caso atípico. Si ya hay poco dinero invertido en cultura, y los que hay están repartidos, los otros nos quedamos con las migajas de las migajas. Somos la última mierda.

Como se puede revertir esta desigualdad?

Creo que hay dos maneras de afrontarlo. Por un lado, la manera como la población consume música potenciando los conciertos en salas, que cada vez están más en desuso, especialmente entre la gente joven, que cada vez conoce menos el circuito de salas tradicional de Cataluña, y prefiere ir a fiestas mayores que pagar para ver a un artista. Igual que consumimos producto de proximidad en la alimentación, quizás tenemos que aprender a consumir productos de proximidad en la cultura. Y, por otro lado, que los regidores de cultura de los ayuntamientos estén más enterados de las propuestas catalanas, y especialmente de sus localidades, para potenciarlas. Por ejemplo, apostar por el talento local antes de gastarse 100.000 euros con un concierto de Juan Magán, que es el que ha pasado estas últimas fiestas de Sabadell. Hay de tener que todo para todo el mundo, esto es evidente, pero si tienes artistas de tu pueblo, los tienes que hacer subir.

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