La escritora Laura Gost se ha alzado con el Premio Proa por la novela
La novela arranca en Sa Pobla, donde un patriarca mallorquín, Sebastià, agoniza en su cama y espera la llamada de las tres mujeres de su vida. Antes de morir, repasa su vida, en la cual pasó de ser campesino a enriquecerse construyendo hoteles para los turistas. Las tres mujeres representan el ascenso social y la caída posterior de un protagonista con muchos contrastes y sombras que está inspirado en el abuelo de la autora, que tuvo “una vida de película”. De hecho, la novela nació en los últimos meses de vida de sus abuelos, cuando la autora quiso resolver sus dudas familiares.
“He querido aproximarme a sus vidas y gracias a la ficción probar de rellenar interrogantes e incógnitas que me quedaban. Ha sido una manera de intentar entender lo que motivó a las personas a actuar de cierta manera ante los grandes cambios”, explica Gost.

Acercarse a las generaciones más mayores para entender sus reacciones
“Meses antes de la muerte de mis abuelos empecé a escribir la novela. Tenía la voluntad de retener unas vidas, historias, personajes y episodios que han afectado a unas personas que he querido, pero que he vivido parcialmente, porque las conocí en el último momento de su vida”, explica la autora. Sus personajes viven un cambio de paradigma “enorme”, la llegada del turismo en Mallorca, y todos giran en torno a Sebastià, que encarna el cambio de estatus, la ambición y las expectativas de muchos mallorquines durante la década de los cincuenta.
“No tenía la intención ni de juzgarlos, ni de condenarlos o validarlos, sino de entenderlos. Ver sus reacciones humanas ante un cambio tan grande”, destaca Gost, que ha incluido a la novela un personaje homónimo para dar un punto de vista actual a la situación de la isla. “Laura es la última generación de la familia y tiene una mirada que se asimila a la mía. Me sirve para hacer contraste con las generaciones más mayores”, explica. Añade que los hijos y nietos no se escapan del cambio de estatus de la familia propiciado por el turismo. “Los salpica y actúan según el que creen que Sebastià espera de ellos”, razona.
También lo hacen las tres mujeres de Sebastià, que ayudan a estructurar la obra y el personaje del patriarca. “Catalina estima el hombre que fue Sebastià, Mercedes estima el hombre que podría llegar a ser y la Leidi aprecio el hombre que no será nunca”, explica la autora.
El “privilegio” de ganar el Proa y contribuir a renovar la literatura catalana
El primer lector de la novela fue el padre de la autora, que, de hecho, es su primer lector desde los siete años. Él fue quien la impulsó a presentar el manuscrito ante el jurado con el pseudónimo Antònia Serra y quien le ha permitido vivir “el privilegio de ganar y formar parte de un sello con tanto prestigio como Proa”.