La catalogación de monumentos, conjuntos o jardines históricos, zonas de interés etnológico y zonas arqueológicas y paleontológicas como bien de interés cultural es una de las categorías de protección legal de los bienes más relevantes del patrimonio catalán. Recientemente, y por primera vez en su historia, Cataluña ha declarado como Bien Cultural de Interés Nacional, BCIN, cinco elementos de la imaginería festiva que están vinculados a las fiestas y tradiciones emblemáticas del Principado. Una decisión, una de los últimos acuerdos del Gobierno de Pere Aragonès, que llega cuando muchos los pueblos y ciudades de Cataluña ya celebran o preparan los últimos detalles para disfrutar de su fiesta mayor o de verano con una serie de actas tradicionales, pasacalles, correfocs y castells.
Los cinco elementos de la imaginería festiva que ha protegido el Gobierno son lo Dragón de Vilafranca del Penedès (Alt Penedès), el Dragón y el Águila de la Bisbal d’Empordà (Baix Empordà), el Gegantó Lladrefaves de Valls (Alt Camp) y la giganta de Cal Fiol de l’Arboç (Baix Penedès). Estas cinco piezas del imaginario festivo catalán se conservan en espacios que garantizan la conservación y protección, como son los de titularidad municipal, en tres de ellos, o en el interior de la iglesia parroquial, como sucede con los dos elementos de la Bisbal d’Empordà. De hecho, las figuras originales solo salen en ocasiones especiales, y a veces se sacan réplicas para minimizar el desgaste, y evitar así que sufran desperfectos o accidentes. Además, estos elementos tienen que ser sometidos a restauraciones periódicas para garantizar una buena conservación.
Cultura, además, ha decidido, digitalizarlos en 3D para facilitar la restauración y difusión, con el objetivo que las figuras puedan estar presentes en exposiciones sin tener que hacer ningún traslado. De la mano de la empresa Creactiu, un escáner tomó los datos de las figuras para convertirlas en un modelo 3D. Para conseguirlo, se dividió el objeto en muchos puntos pequeños, se guardaron datos de su ubicación y se procesó informáticamente y, a continuación, un software de digitalización 3D unió esta muchedumbre de puntos, mostrando como iba quedando el modelo que garantizará la pervivencia de estos elementos vinculados a la celebración del Corpus.

Los criterios que se han tenido en cuenta para escoger estos elementos festivos
Para la declaración de estos cinco elementos festivos se han tenido en cuenta criterios como su alto valor etnológico e histórico de los elementos, que van más allá del ámbito estrictamente municipal, el alto valor simbólico, vinculado en las fiestas patrimoniales y tradicionales, puesto que algunas de ellas están declaradas de interés nacional, el alto valor artístico y el estado de conservación, poniendo el foco a su antigüedad, singularidad y autenticidad y también se ha tenido en cuenta que las restauraciones realizadas no hayan alterado su aspecto original de las figuras. Otros disparos excepcionales de estos cinco elementos están relacionados con la simbología y el vínculo sentimental e identitario de las poblaciones, con vínculos a las ancestrales.
La figura en activo más antigua del bestiario festivo de Cataluña
El Dragón de Vilafranca del Penedès, de constructor desconocido, es considerada la figura en activo más antigua del bestiario festivo del Principado y la primera referencia documental que se tiene, según lo
Las dos figuras de la Bisbal d’Empordà
La Bisbal d’Empordà cuenta con dos elementos declarados BCIN: el Dragón y el Águila. El primero es el segundo dragón más antiguo de Cataluña y más bellos ejemplares de la fauna fantástica catalana, que fecha de finales del siglo XVII o principios del XVIII. La primera referencia documental que se tiene fecha del 1704, por la fiesta de la Virgen María de septiembre, antigua fiesta mayor pequeña de la Bisbal. Casi dos siglos más tarde, el 1897, Norbert Font y Sagué, hace referencia a un dragón de la Bisbal dentro de una lista de dragones que forman parte del bestiario de fiestas populares de Cataluña. Este dragón, que también es llevado por una sola persona y dispone de una gran movilidad, tiene la boca abierta con una larga lengua, que le otorgan un aspecto feroz, y donde se sujetan los cohetes. La cola, bastante atornillada, es la otra parte de la figura donde se puede fijar pirotecnia. La pieza original fue sustituida, el junio de 1995, por una réplica para su participación en la fiesta mayor, ahora en agosto, la primera con los elementos declarados BCIN, y en correfocs de todo el país, mientras que el original se conserva en la iglesia de Santa Maria. El Águila de la Bisbal, por su parte, es el águila más antigua de Cataluña, construida por una comunidad de frailes y estrenada el 15 de abril de 1619, según el dietario de la familia Anglada de Fonteta. La pieza está formada por una estructura de madera y revestida de pequeñas piezas de piel doradas a manera de plumas dentadas, y fue restaurada a inicios de la década de 1980 y, posteriormente, recuperada para la Fiesta Mayor en 1997 con la construcción de una réplica.

Dos de los gigantes más antiguos de Cataluña
El gegantó Lladrefaves de Valls y la giganta de hace falta Fiol de l’Arboç son considerados dos de los gigantes más antiguos de Cataluña. La figura de la capital del Alt Camp, que representa un hombre negro de clase social alta y traje al estilo del barroco catalán, es la más antigua del séquito ceremonial vallenc y se le denomina así para ser más bajo que los gigantes y más alto que una persona. Según la tradición oral, el busto del gegantó fue esculpido por el artista barroco Lluís Bonifàs en 1764 por unas rogativas documentadas para pedir a la Virgen María del Lledó la ayuda de la lluvia. El Lladrefaves, que desde febrero del 1951 tiene la gegantona de Valls como pareja, se expone al vestíbulo del Ayuntamiento de Valls durando todo el año y en la Casa de la Fiesta, antes de la Fiesta Mayor de San Juan, donde recibe la visita de escuelas y particulares, y sus salidas públicas son por Corpus, la Fiesta Mayor de San Juan, Santa Úrsula y Las Fiestas Decenales de la Virgen María de la Candela.

Finalmente, la giganta de hace falta Fiol de l’Arboç tiene la condición de bicentenària con creces y es considerada una de las piezas más antiguas del mundo geganter del país y junto con el gigante de hace falta Fiol de la pareja más antigua de gigantes de l’Arboç. Las primeras referencias de gigantes en el municipio del Baix Penedès son del 1770, según consta a las Notas Históricas de la Parroquia y Vila de Arbós, escritas por padre Gaietà Vilaplana y Cornet. En el fondo Joan Amades se conserva un valioso documento de finales del siglo XIX, una fotografía antigua de la pareja de gigantes. Una imagen frontal que muestra que la giganta iba de campesina y él de rey. Los elementos originales de la giganta son las manos y su jefe, y en 1995 el taller El Dragón Pequeño de Terrassa llevó a cabo la restauración de estas piezas. Ocho años más tarde, en 2003, la Pandilla de Gigantes y Enanos de l’Arboç impulsó la reconstrucción de la giganta inspirándose en la única fotografía conocida de la pareja que se encuentra al Archivo Arbocenc y se presentó aquel mismo año por la Feria de Santa Llúcia de l’Arboç de 2003.