Ramon Pellicer fue entrevistado este sábado por la noche en el programa Col·lapse, que presenta el periodista Ricard Ustrell en TV3. En los últimos minutos de la conversación con Ustrell, aparece en pantalla uno de los tres hijos del conocido presentador del Telenotícies Cap de Setmana, Martina, quien reveló algunos de los secretos familiares de Pellicer.

«El tono cuando te explica algo es el mismo en la televisión que en casa», aseguró Martina, quien explicó que su padre tiene el colesterol alto y toma actimels y yogures. También desveló que el presentador es una persona muy ordenada y debe tener «todo controlado, al minuto, al segundo». Y añadió: «Toda la casa estamos acostumbrados a esto. Él intenta que seamos como él… Es bastante difícil, pero estamos trabajando para serlo».

«¿Estaba bueno el bocata?»

A lo largo de la vida escolar de sus hijos, Pellicer siempre les ha hecho el bocadillo que se han llevado a clase, y siempre que los tres hijos vuelven a casa, el padre les pregunta lo mismo: «¿Estaba bueno el bocata?»

Posteriormente, Pellicer aclaró que lo que toma no son actimels, ya que no son para el colesterol. Preguntado por Ustrell, el periodista dijo que tiene el colesterol alto por «herencia» y «lo tengo que vigilar». «El hecho de que sea hereditario es lo que me ha llevado a hacer deporte y a vigilar un poco la dieta».

Cristina Riba i Ramon Pellicer presenten el TN del cap de setmana - TV3
Cristina Riba y Ramon Pellicer presentan el TN del fin de semana – TV3

A la hora de hacer los bocadillos para sus hijos, Pellicer aseguró que a las 07.00 ya está en la panadería para comprar el pan y que el secreto es untar bien el pan con tomate y hacerles bocadillos diferentes durante toda la semana «para que no se cansen» y sea un bocadillo equilibrado, aunque reconoce que muchas veces acaba siendo de embutido.

«Un poco de TOC con esto del orden»

Pellicer confesó que quizás sí tiene «un poco de TOC con esto del orden». «Lo que pasa es que entre el concepto que yo tengo del orden y el que tienen ellos -en referencia a sus hijos- hay un margen… toda una distancia. Hay cosas que no acabas de entender…»

A los 64 años, Pellicer dijo que cuando piensa en la jubilación piensa en su abuelo, que llevaba un camión cisterna y a él le encantaba subirse. «Un día vino y me dijo: ya he dejado el trabajo…» La jubilación le permitió ver al abuelo en casa. «Fue todo un descubrimiento. Se volcó en la lectura. Se devoraba todos mis libros de historia, de texto… Pero me quedó grabado que cambió su vida porque se había jubilado».

La jubilación lejana

Sobre su jubilación, Pellicer explicó que él está muy contento con su vida y no quiere que nada que esté escrito en una agenda la cambie. «Quiero que lo cambie mi pensamiento de las cosas si acabo teniendo. Pero mientras disfrute con lo que hago, me lo pase bien, mientras piense que puedo ser útil a alguien con mi día a día, continuaré trabajando».

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