El programa de Marc Ribas ha estado esta semana en Barcelona. La capital catalana ha sido el escenario de un episodio de Joc de cartes donde buscaban el mejor restaurante de tapas. Las tapas son una comida sencilla, pequeñas porciones de platos muy sabrosos que nos permiten disfrutar de una gran selección de comidas para poder probarlo todo.
En el episodio de esta semana, el ganador ha sido muy claro, a pesar de la poca tensión que se ha vivido entre los restauradores -después del anterior capítulo con una sinceridad sin límites– y donde hemos visto una crítica bastante contundente por parte del presentador a uno de los establecimientos participantes, un posicionamiento muy poco frecuente por parte de Marc Ribas.
Tapas 24 es un local enfocado a turistas pero con opciones muy sabrosas
El primer restaurante ha sido el de Toni Morango. Tapas 24, situado en el Eixample, es «un local enfocado a turistas». Si bien la primera premisa no parece muy esperanzadora, sus opciones culinarias han gustado. La ensaladilla rusa, premiada como la mejor ensaladilla de España en el año 2019, ha destacado, además del bikini de trufa y los postres como las fresas del Maresme con nata o su pan, chocolate y aceite. Por otro lado, los restauradores han sido bastante críticos con el espacio, que no era accesible para personas con movilidad reducida y las bravas tenían un corte que no era el correcto.
Tipo Tapa es un proyecto de vida con platillos para compartir
El segundo local que pasó el examen de los restauradores fue el de Raquel Espada. El Tipo Tapa, situado en el Clot, ofrece platillos para compartir donde «no hacen la típica tapa para turistas», explica su propietaria.
Kate, una de las concursantes más guerreras, ha puntuado positivamente que el local fuese accesible. «Aquí tienen rampa», ha puntualizado haciendo referencia al anterior restaurante. «Creo que es una falta de respeto hacia las personas con discapacidad», ha dicho Kate sobre la accesibilidad del local de Toni.
Del menú destacan las croquetas de asado, las bravas «con el corte correcto» y la ensaladilla rusa con huevo. Kate ha sido un poco más crítica con las tapas, cree que «falta un poco de tiempo en la cocina». El canelón de asado ha tenido buenas valoraciones. De los postres, la crítica ha sido el pastel de queso «granuloso».
La cocina de fusión de Kate tiene un componente social
El Ziryab es el restaurante de Kate Burton en el barrio del Born. Esta joven inglesa nacida en Bélgica ha trabajado muchos años en misiones humanitarias y busca fusionar esta parte tan importante de su vida con la restauración. Además, su hermano es sordo y se encarga de servir las mesas, dando visibilidad a las personas con sordera. «Kate ha comentado cosas como la luz del local o que hubiera un hilo conductor, pero no lo veo reflejado en su restaurante», ha criticado.
La cocina se ha llevado la peor parte, han dicho «que le faltaba limpieza». Del menú, les ha gustado el servicio del hermano de Kate y algunas de las tapas como los dátiles con bacón, aunque consideran que «el tartar era muy plano». Marc ha sido un poco crítico con los tacos de cerdo, «que costaban de tragar». Raquel ha sido la más dura en este local, puntuando la comida con un 4 y el espacio se lleva un aprobado justo. Para Toni el servicio «ha estado muy bien» porque da importancia a la lengua de signos.
El Punta Cana Higüey no ha gustado y se ha llevado una crítica contundente
El último restaurante ha sido el Punta Cana Higüey de Jonathan Muñoz en Gracia, que no ha terminado de convencer a los comensales. Sus platillos de fusión dominicana y catalana se han llevado las peores críticas del programa. Según Kate, «falta un poco de aire y se nota olor a frito». Su rival, Raquel, ha querido matizar que está «un poco encendida por los comentarios de Kate, no entiendo por dónde va». A pesar de algunos comentarios más punzantes, la tónica general del programa ha sido muy agradable y sin mucha tensión.
Las peores críticas se las ha llevado este local. La cocina «estaba vieja y falta cuidarla» y los platos no han gustado nada. «La bomba no es una bomba». Los segundos como el pescado con leche de coco, que en la carta pone que era merluza, pero Marc afirma que no lo es, tampoco han triunfado. Los chicharrones estaban demasiado duros. «Si te acabas todo esto, hipertrofias la mandíbula», ha comentado el presentador. Con los postres han conseguido salvar la comida aunque la media queda aprobada por los pelos.
La confrontación final ha sido poco tensa
Después del episodio de las restauradoras de la Catalunya Central donde los puñales volaban, esta confrontación se ha quedado incluso insípida. Toni ha sido muy bien valorado por la comida a pesar de las carencias de accesibilidad que critica Kate. Su restaurante, por otro lado, se ha llevado un 6 y suspende la cocina. El Tipo Tapa de Raquel se ha llevado un 6,5 aunque ella considera que merecía más nota. El que ha salido peor parado ha sido Jonathan, que después de su valoración y haber suspendido la comida con un 4,3, ha recibido una crítica contundente por parte del presentador. «Para mí esto es mi vida. Un restaurante es algo muy serio donde hay deseos. Lo que realmente yo resalto es la capacidad de hacer el esfuerzo y yo no he visto esfuerzo», ha sentenciado Marc.
El ganador del mejor restaurante de tapas de Barcelona ha sido Tapas 24. Toni Morango y su bikini de queso y trufa se han llevado la puntuación extra por ser el plato estrella del programa. Después de los cambios de nota, la clasificación ha quedado con un 7,9 para el ganador, seguido de Tipo Tapa con un 6,7, Ziryab con un 6,4 y en la cola Punta Cana Higüey con un 5,3 en un Joc de cartes poco tenso.
