No hay semana en que los personajes de Com si fos ahir puedan irse a descansar tranquilos. La pandilla de la serie que lidera las audiencias cada mediodía en TV3 sabe que los viernes son siempre especiales. Los guionistas incorporan elementos importantes y giros de guion que dejan a los espectadores esperando con ansias la nueva tanda de episodios que llegan los lunes. Antes del fin de semana, sin embargo, habrá un poco más de acción para esta gran familia que convierte su día a día en un show continuo.
Nuevas pinceladas de la relación más tóxica de la temporada
El género de los culebrones hace años que triunfa y los amigos del Reina Sibil·la han podido hacerse con un lugar incondicional en el día a día de los seguidores. Unos seguidores que desde hace días ven cómo una de las chicas más jóvenes e inocentes ha caído bajo la red de un manipulador de manual. El Bernat escondía bajo una sonrisa perfecta y la faceta de estudiante modélico, las inseguridades de una persona tóxica y controladora.
Con la Patri ha encontrado todo lo que quería, una chica capaz de dejarlo todo para hacerlo feliz y que no es capaz de abrir los ojos ante una situación que la está haciendo cada vez más vulnerable. Su modus operandi ha sido progresivo, ignorando mensajes, poniendo caras largas cuando ella no quería cumplir con sus peticiones, llamadas y controles cada hora para saber qué hace, críticas por elegir una ropa más atrevida de lo habitual… Todos estos actos, desde fuera, evidencian que el chico la está intoxicando, pero la Patri no parece capaz de verlo. Su entorno ha comenzado a darse cuenta de las señales rojas que rodean al Bernat y han decidido advertirla, aunque ella solo puede justificarlo y enfadarse porque alguien habla mal de su novio.
En el capítulo de este viernes 13 de junio, l’Andreu (Marc Cartes) ha descubierto que la chica hace videollamadas con el móvil para que Bernat esté siempre controlando qué hace cuando no están juntos. Esta situación no es nada apropiada y el enfermero ha juntado todas las piezas del rompecabezas, dispuesto a hacer algo para ayudar a su compañera de piso y amiga. Intenta advertirla con buenas palabras que lo que están haciendo no es nada sano, pero la Patri no quiere escuchar ninguna excusa y se va, decidida a ignorar todas las advertencias.
La propuesta de Bernat para aislar a su novia
L’Andreu activa su faceta de padre y habla con el Bernat seriamente para hacerle ver que su relación anterior no tiene nada que ver con la Patri y que, por tanto, hay que reducir esa intensidad y control. El hombre cree que ha conseguido detenerlo e incluso avisa a la Itziar para que se relaje y deje de sufrir, aunque ¿alguien cree que este tóxico se detendrá porque un señor le diga un par de verdades? Nada más lejos de la realidad, porque el Bernat aplica todas las armas posibles para manipular a su novia de nuevo. Más tarde, se presenta en la Barnateca y le propone a la Patri irse a vivir juntos. Ella no reacciona de manera efusiva -lo cual es totalmente comprensible- y el chico pone cara larga para que la Patri se sienta mal y acabe aceptando.
L’Andreu se encuentra a la Patri haciendo las maletas e intenta detenerla para que no se marche con el Bernat. Vuelve con su discurso de la manipulación, pero ella se enfada de nuevo y le prohíbe hablar con el Bernat porque no quiere que nadie se interponga en su relación. Cada vez se complica más esta trama…
La Barnateca batalla con dos frentes abiertos
Dejando de lado todo el dramatismo que rodea a esta pareja llena de problemas, la Barnateca ha sido el foco de una nueva oleada de conflictos. Las socias del catering comenzaron este proyecto con la intención de convertirlo en el local de moda. Superados los problemas de los últimos meses que estuvieron a punto de obligarlas a bajar las persianas más de una vez, parece que todo avanza con normalidad. El problema, sin embargo, es que su chef es demasiado ambiciosa y quiere estar pendiente de cosas que a menudo se le salen de las manos.
Además de preparar el plato del chef, la Itziar (Mar Ulldemolins) se encarga de trabajar en el hotel de l’Eugeni (Oriol Vila) los fines de semana. Dos opciones para abarcar todo lo que ella quiere, hacer contentas a la Gemma (Àurea Márquez) y la Cristina (Carlota Olcina) y al mismo tiempo preparar platos de vanguardia con su nueva novia, la Lorena. Esta semana el seductor ha querido sumar más trabajo, pidiéndole que prepare un menú exclusivo para el verano, pero ¿cómo puede encajar todas las piezas?
Tanto la Gemma como la Cristina están encantadas con su trabajo y acepta los elogios, sin revelar qué ha hecho para poder lograrlo todo. La Itziar tiene que hacer malabares para cumplir con todos los plazos, incluso usando la ayuda de sustancias poco legales.
La Itziar elige un camino dudoso
En el episodio de este final de semana, la cocinera de estrella Michelin continúa con el trabajo de la Barnateca y los menús del hotel, pero se ha dado cuenta de que necesita más horas para poder funcionar. A última hora, unos clientes piden un cambio para un plato que se entrega al día siguiente y la Itziar termina aceptando pasar otra noche sin dormir. Está tan demacrada que acaba cediendo a la alternativa de la Lorena, tomar drogas para alargar las horas de actividad.
Ha sido un final de capítulo muy tenso, con un ‘hasta pronto’ marcado por la jugada maestra de un manipulador que ha conseguido lo que quería, aislar completamente a su novia.
