Una de fría y una de caliente para TV3 en cuanto a las audiencias del prime time este fin de semana, que era clave porque había dos estrenos en los que se habían depositado esperanzas y que habían generado expectación. Comenzaban Eufòria Dance Kids y el nuevo Col·lapse, con Jordi González como nuevo presentador después de que Ricard Ustrell haya dejado la pantalla, a pesar de que su productora, La Manchester, sigue haciendo el programa. Los espectadores han reaccionado de manera irregular, y han premiado el regreso de González –que muchos aún recuerdan en Les 1.000 i una de finales de los años 90– pero han tratado con indiferencia el intento de captar al público infantil para el viernes por la noche con Eufòria Dance Kidss. Una caída que llegó al punto en que la cadena de televisión pública catalana perdió su habitual liderazgo nocturno.

Según los datos de Kantar, la empresa encargada de medir las audiencias de la televisión lineal –la emisión clásica, fuera de las plataformas, que se monitorea con audímetros distribuidos en hogares–, solo 138.000 espectadores de media siguieron el estreno del talent show, lo que representó un 10,3% de cuota de pantalla. Un dato bajo para TV3 y, sobre todo, inferior al 12,7% que consiguió Antena 3 con La Voz Audiciones, otro talent show que ni siquiera ha entrado en la fase más intensa. Este arranque, que no ha dado a Eufòria Dance Kids ni siquiera el beneficio de la expectación del primer día, vaticina una trayectoria complicada para el programa, que intenta exprimir la fórmula de Eufòria. Posiblemente, el nicho de público al que se dirige es demasiado pequeño, sobre todo si se tiene en cuenta que el programa madre –que esta temporada volverá con la cuarta edición después de la pausa de la anterior– ya tenía un público muy joven.
A pesar del fracaso de audiencia –que se suma a las críticas recibidas por la fórmula lingüística elegida para el título–, hay que decir que TV3 solo fue superada por Antena 3, y aún quedó cuatro puntos por encima de La 1 de TVE –que no pudo pasar del 6,6% de share con una película supuestamente atractiva como es El código Da Vinci– y de Telecinco –que hizo un 6,1 con De viernes. El resto de cadenas estatales que se ven en Cataluña aún quedaron muy por debajo.
Las cifras de audiencia del primer ‘Col·lapse’ de Jordi González
En la otra cara de la moneda, las cifras de audiencia han traído buenas noticias para Jordi González. En su caso, sí que funcionó la expectación por ver el nuevo Col·lapse. Y consiguió liderar con contundencia, con un 15,4% de cuota de pantalla –183.000 espectadores de media–, más del doble que el 7,5% (81.000 espectadores) de Bailando con las estrellas de Telecinco. La 1 de TVE, con su apuesta para este fin de semana de películas relacionadas con la Segunda Guerra Mundial –con motivo del 80º aniversario del final del conflicto bélico–, se estrelló con un 6,6% con La promesa de Irene, por debajo del 6,9 de Antena 3 con Emparejados.
La cuota de pantalla conseguida por Jordi González, de hecho, fue superior a la que obtenía habitualmente Ricard Ustrell –con excepciones, como en su último programa, con el que obtuvo un 16,7% difícil de ver. En su primer Col·lapse, Ustrell se había quedado en un 11,9%, y las semanas siguientes cayó a cifras como 6,4%, 7,6% y 8,4%. Posteriormente, se recuperó, pero llegar al 15% era poco habitual. Buen inicio, por tanto, para el nuevo presentador, que habrá que ver si puede mantener el interés del público.