Cada año, cuando se acercan las vacaciones de Navidad, muchas familias aprovechan algunos días para hacer una escapada fuera del país. El frío, la nieve y los mercados navideños convierten grandes ciudades europeas, como por ejemplo Múnich, Ginebra o Helsinki, pero todas tienen un factor en común: el elevado coste de hacer un viaje, y más en los días donde más volumen de gente se acumula en las ciudades. Es por este motivo que muchas familias buscan una alternativa que los permita viajar por Europa, pero a un coste más asequible. La página web de viajes ‘Freetour’ ha elaborado un listado de ciudades europeas más baratas para visitar esta Navidad.
Alsacia
En primer lugar, destacan Alsacia (Francia), por la enorme variedad de cosas que se pueden visitar de la región. El más destacable es la capital, Estrasburgo, que cuenta con el mercado navideño más antiguo y grande de Francia, puesto que se inauguró en 1570, y desde entonces ha ido creciendo con más de 300 puestos a visitar.

Colonia
En segundo lugar, la página web subraya Colonia, en Alemania. Esta ciudad destaca especialmente por la Catedral de Colonia, una increíble catedral gótica de sorprendentes dimensiones declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1996. Durante estas fechas se puede disfrutar de un total de siete mercados navideños repartidos por la ciudad.

Riga
Considerada la ciudad de Europa con más edificios de arte nouveau del mundo, la capital letona tiene más de 800 años de historia, a pesar de que es una de las capitales europeas más jóvenes. En Navidad destacan los mercadillos de la plaza Līvu y Doma laukums, donde se puede comer y beber muy bien de precio.
Budapest
Budapest (Hungría), una de las ciudades más monumentales de Europa, también es un buen destino a visitar esta Navidad. Andar por el centro histórico, al lado del río Danubio, y adentrarse en los callejones iluminados tiene un coste muy asequible. También se pueden visitar los diversos mercados navideños, y refugiarse del frío dentro de los balnearios y baños termales.
Vilna
Por último, Vilna (Lituania), es uno de los lugares más recomendados. El barrio antiguo está declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco siente el centro histórico barroco más grande de Europa del Este, y también cuenta con una gran variedad de restaurantes y locales ideales para probar la comida tradicional. De hecho, según apuntan desde la web de turismo, se puede comer en buena parte de los restaurantes por menos de 6 euros.