Durante el verano se han producido más de 140 incidentes relacionados con los trenes de Rodalies. Esta es la cifra que han contabilizado los trabajadores de Renfe entre el mes de mayo y el 17 de agosto, en pleno pico de ola de calor. De las 146 incidencias de las que se tiene constancia -aunque puede haber más que no se han comunicado-, 76 son por enfriamiento insuficiente y 70 por ausencia total de aire acondicionado, según los datos facilitados a la Agencia Catalana de Noticias (ACN). En este sentido, los sindicatos del sector apuntan que uno de cada cuatro convoyes envejecidos ha sufrido fallas en el aire acondicionado este verano, lo que se ha convertido en una problemática «recurrente»: «La percepción que tiene el viajero es negativa y hay situaciones de angustia», dice el responsable del sector ferroviario de CCOO, Pau Mercè Arjona.

Comisiones Obreras atribuye estas incidencias al envejecimiento de la flota de trenes de Rodalies, ya que hay trenes que llevan más de treinta años circulando. Son precisamente estos trenes los que dan más problemas, según el sindicato, porque tienen «menos capacidad de reacción» a las situaciones climáticas. Un problema que confían que se resuelva con la entrada de los nuevos trenes de Rodalies, en los cuales ya se ha previsto que deberán estar expuestos a temperaturas más altas por el impacto del cambio climático. Aun así, la operadora ferroviaria debe tomar medidas urgentes para evitar que este problema se cronifique cada verano: «Si no se resuelve con urgencia, la problemática se repetirá cada verano, agravada por los efectos de la crisis climática», advierte Arjona.

Imagen de archivo de un tren de cercanías en la estación de Atocha / Matias Chiofalo - Europa Press
Imagen de archivo de un tren de Rodalies / Matias Chiofalo – Europa Press

Campañas de mantenimiento para el verano

Desde Renfe aseguran a la ACN que durante los picos de calor y frío más extremos ya realizan campañas específicas de mantenimiento para comprobar los sistemas de climatización de los convoyes. En detalle, la empresa ferroviaria apunta que los equipos están preparados para operar entre los -10 y 40 grados, que «en situaciones excepcionales», cuando las temperaturas exteriores superan estos rangos, pueden activar «mecanismos de protección automática» para evitar averías mayores. Estas medidas especiales pueden ocasionar «incidencias puntuales» en la temperatura interior de los trenes porque, según apuntan las mismas fuentes, la presión del gas refrigerante se dispara y provoca una parada temporal del equipo hasta que el sistema se estabiliza. Ahora bien, en los últimos meses, se han producido cerca de 150 incidentes relacionados con la climatización, a pesar de que los episodios de más calor se han alargado poco más de dos semanas.

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