La complejidad del sistema sanitario sigue alargando el tiempo de espera para los pacientes antes de poder recibir un diagnóstico completo. De hecho, en algunos casos, como la región sanitaria Metropolitana Norte -que comprende Barcelonès Nord, el Maresme, el Vallès Occidental y el Vallès Oriental-, deben esperar cerca de 300 días -294, en concreto- antes de que les realicen una endoscopia digestiva, una prueba que permite analizar patologías gastrointestinales. Además, en esta misma región sanitaria, los pacientes también deben esperar hasta 185 días para una resonancia magnética. Se trata de dos datos que, según el sindicato de Metges de Catalunya, demuestran las «profundas desigualdades» a la hora de acceder al sistema sanitario.
Este miércoles, el vicepresidente del sindicato, Josep Maria Serra, ha presentado un informe sobre la distribución de los equipamientos en toda Cataluña. Un informe coordinado por Serra y elaborado a partir de los datos oficiales del Ministerio de Sanidad y de la Generalitat de Catalunya. Según ha explicado el vicepresidente del sindicato en rueda de prensa, acompañado del secretario general de la organización, Xavier Lleonart, han elegido ocho equipamientos que representan todas las regiones sanitarias del país para analizar las listas de espera de pruebas diagnósticas e intervenciones quirúrgicas, ya que consideran que es uno de los “problemas crónicos” de la sanidad catalana. Y el diagnóstico del informe es contundente: «Hay una gran falta de planificación y equidad en la dotación de equipamientos médicos esenciales».

Dudas sobre la «calidad» de los datos de Salud
Durante la presentación del informe, los representantes de Metges de Catalunya han reiterado que los datos sobre los que han construido el estudio son «oficiales». Partiendo de estas cifras, la organización sindical apunta que hay diferencias entre las pruebas realizadas y los equipamientos. Es decir, que hay centros que tienen registradas un tipo de pruebas -con su correspondiente lista de espera- a pesar de que, en los registros de la administración, no constan los materiales para llevar a cabo estas pruebas: «El resultado de ajustar ambas fuentes de información, apreciamos que en equipamientos diagnósticos hay centros que tienen procedimientos hechos y pacientes en lista de espera de unos equipamientos que no constan. Esto genera una contradicción», argumentan desde el sindicato. Este hecho, pues, les genera dudas sobre la fiabilidad de los datos del Departamento de Salud, en manos de la consejera Olga Pané: «Hemos dado sus datos, porque cuando damos los nuestros nos dicen que no son correctos», ha lanzado el secretario general del sindicato, quien ha asegurado que, si no están actualizados, es por «falta de transparencia».
Independientemente de si los datos de la consejería son «totalmente fiables» o no, desde el sindicato de Metges de Catalunya mantienen que el sistema sanitario catalán sufre una “profunda desigualdad territorial”. Por ejemplo, mientras algunas regiones, como el Alt Pirineu y Aran, disponen de recursos «muy por encima» de su población, otras se ven gravemente infradotadas, como la de Lleida. Esta realidad, según argumenta el coordinador del informe, «pone en entredicho el principio de equidad que debería regir el sistema público, y evidencia la necesidad urgente de una planificación sanitaria rigurosa basada en criterios poblacionales y asistenciales«.

Los territorios con más falta de equidad en los recursos
A pesar de que el sindicato ha remarcado durante toda la rueda de prensa que la falta de equidad territorial se extiende por todo el país, hay algunas regiones sanitarias especialmente afectadas por esta desigualdad de recursos, que acentúa las listas de espera. Por ejemplo, en la región de Lleida, que tiene 375.000 habitantes -según los datos del Idescat-, solo hay «un mamógrafo y no dispone de ningún fibroscopio ni ningún equipo de radiodiagnóstico», según los datos públicos. Una falta de recursos, pues, que provoca largas listas de espera para realizarse este tipo de pruebas diagnósticas en esta región sanitaria. En esta misma línea, por ejemplo, en la región de Lleida solo hay tres boxes de urgencias, un elemento que todavía cronifica más la saturación de este servicio en la zona.
Por contra, desde el sindicato, a partir de los datos públicos, apuntan que en la región sanitaria de Alt Pirineu y Aran, que tiene poco más de 75.000 habitantes según el Idescat, tiene 28 boxes de atención continuada, tres mamógrafos y 10 fibroscopios. Ahora bien, a diferencia de otras regiones, no cuenta con ninguna cama de cuidados intensivos: «Puedo entender algunos de los motivos para dotarlos de estos recursos, pero la desigualdad es evidente», admite Josep Maria Serra. Desde el sindicato también advierten que en las regiones de Lleida, Tarragona y la Catalunya Central solo hay un mamógrafo por región: «Es una cifra muy preocupante», exclaman. Ahora bien, ponen en duda que este dato de la administración sea del todo cierto. A pesar de que estas regiones están infradotadas, la más descompensada de todas es la Metropolitana Norte, ya que es la que afecta a un volumen de población más elevado. Esta región registra las medias de tiempo de espera más altas para todas las pruebas analizadas, pero no es la que cuenta con menos recursos. Un hecho que, desde el punto de vista del sindicato, «apunta directamente al déficit de profesionales«. La descompensación de los recursos, pues, no es el único factor que genera desequilibrios dentro del sistema sanitario catalán.