Desde mediados de octubre, parte de la población catalana está llamada a vacunarse contra los principales virus respiratorios que emergen durante los meses de otoño e invierno. Es decir, el virus de la gripe y el SARS-CoV-2, causante de la COVID-19. A pesar de que se trata de un acto voluntario, desde el Departamento de Salud de la Generalitat, dirigido por la consejera Olga Pané, se recomienda a todos los grupos de mayor riesgo recibir la vacuna contra estos dos virus respiratorios, ya que de esta manera se contribuye a reducir el riesgo de contagio y las posibles complicaciones graves de estas dos enfermedades. La vacuna antigripal se administra una vez al año, ya que los virus mutan constantemente su composición genética a medida que se van transmitiendo. Además, la inmunidad generada tanto por la vacuna como por la infección disminuye con el tiempo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) revisa cada año la composición de la vacuna contra la gripe en función de las probabilidades que tienen las diferentes cepas del virus en cada temporada epidémica. Una decisión que se toma a partir de los datos recogidos durante la temporada anterior. Actualmente, para esta campaña de vacunación, hay dos tipos de vacunas diferentes contra la gripe, destinadas a diferentes grupos de población de riesgo. En primer lugar, las vacunas inactivadas, que se administran al grueso de la población. Se trata de una vacuna antigripal elaborada a partir de fragmentos del virus, y se administra por vía intramuscular. Por otro lado, también se administra la vacuna viva atenuada, destinada a niños a partir de los 24 meses y menores de 18 años. A diferencia de la otra vacuna, esta se administra por vía intranasal.

La composición de la vacuna de la covid

En el caso de las vacunas contra la covid, el Departamento de Salud remarca que la vacuna contra este virus respiratorio se va adaptando constantemente «para hacer frente a las nuevas variantes circulantes»: «Pueden evitar una carga importante de mortalidad y enfermedad grave, y una gran sobrecarga del sistema sanitario», aseguran desde la consejería. De la misma manera que las vacunas inactivadas de la gripe, la vacuna contra la covid no contiene el virus vivo, ya que de esta manera se proporciona una respuesta inmunitaria contra el virus respiratorio a las personas que reciben la dosis sin provocarles la enfermedad.

Imagen de una enfermera administrando una vacuna contra la gripe en una imagen de archivo / Europa Press

Vacunas seguras y efectivas

Desde la Generalitat dejan muy claro que ambas vacunas son «seguras». Ahora bien, como el resto de fármacos, pueden ocasionar algunos «efectos adversos». En el caso de la gripe, tal como detallan, «las reacciones adversas más frecuentes son: inflamación o dolor en el lugar de la inyección, fiebre, malestar general o dolor muscular. En el caso de la vacuna atenuada [es decir, la que se administra a la población menor de edad], también puede producir disminución del apetito y congestión nasal». Cabe tener en cuenta, sin embargo, que estos efectos no suelen prolongarse más allá de las 48 horas posteriores a la vacunación. En cuanto a las vacunas contra la covid, también advierten que pueden ocasionar algunos efectos adversos. En concreto, apuntan que tras la administración de la vacuna puede aparecer dolor en el lugar de la inyección, fatiga o cansancio, dolor de cabeza, dolor muscular o articular, fiebre y escalofríos: «Estas reacciones son mayoritariamente de intensidad leve o moderada y desaparecen a las 24-48 horas después de la vacunación», puntualizan desde la consejería de Salud.

De la misma manera que aseguran que las dos vacunas son seguras, las autoridades sanitarias también dejan claro que las vacunas son efectivas para prevenir las complicaciones de la enfermedad y reducir su transmisión. En ambos casos, Salud remarca que para garantizar su eficiencia es «fundamental la coincidencia entre los virus seleccionados para elaborarla y los que circulan en esa temporada». También es muy importante la edad y el estado de salud de la persona que recibe la dosis, ya que esto influye en la respuesta inmunitaria del paciente. «Aun así, la probabilidad de que la persona vacunada desarrolle síntomas graves es muy baja«, añaden. Cabe tener en cuenta, sin embargo, que el objetivo de la campaña de vacunación, tanto para la gripe como para la covid, «no es solo evitar la infección, sino prevenir las complicaciones que puede conllevar en personas especialmente vulnerables».

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