Los Mossos d’Esquadra tienen un problema grave de gestión y carencia de personal en las salas de mando. Es decir, los centros donde la Policía de la Generalitat recibe las comunicaciones y emergencias y desde donde evalúa y ordena los diferentes operativos. Un problema que se incrementa de cara el verano, a raíz del turismo, por ejemplo, en las salas de mando del área de Barcelona y la de Reus, que cubre una zona que incluye la Costa Dorada. Una carga de trabajo que no permite a los agentes y efectivos destinados ni a disfrutar de días propios o recuperar las horas acumuladas. De aquí que se ha planteado la posibilidad de gritar a filas los efectivos del cuerpo que se encuentran en segunda actividad, esto es, aquellos que se encuentran en una situación administrativa especial por razón de la edad o por disminución de las condiciones físicas o psíquicas. En el argot policial, serían los
Ante la carencia de efectivos, se celebró una reunión entre los mandos responsables de las salas y los sindicatos el pasado 23 de mayo para abordar posibles soluciones. En este contexto, se puso sobre la mesa aplicar un nuevo horario en las salas –según un estudio que contempla hasta tres posibilidades–, la creación de un centro de mando de salas y poner mandos en segunda actividad a hacer funciones en estas salas. Una manera de «garantizar efectivos» y racionalizar las horas extraordinarias.
Sobre todo mandos de escala intermedia
Según explican l‘SPC y USPAC, sindicados participantes en el encuentro, pidieron cómo se había previsto «reforzar con más mandos las diferentes salas». La respuesta fue que «se ha hecho un planteamiento general», sobre todo ante la falta de «mandos de escala intermedia», en estas salas. De hecho, hay tres que se encuentran en una situación especialmente sensible en el turno por la noche: la de la extensa y muy poblada Región Policial Metropolitana Sur, la de Barcelona y la de Reus –que atiende la región policial del Camp de Tarragona–, además de otras que generalmente tienen problemas para encontrar desde caporales hasta jefes de turno regionales.
La situación preocupa hasta el punto que los mandos han montado una mesa de trabajo con la Comisaría General Técnica y la Comisión Permanente de Segunda Actividad (Coge) para que los miembros de la escala intermedia, ejecutiva o superior puedan «hacer funciones adicionales no operativas dentro de las salas de mandos». «Incorporar caporales y mandos en segunda actividad para hacer apoyo y reforzar con tareas de supervisión y gestión», apuntan fuentes conocedoras de la reunión. La solución de buscar en la despensa de efectivos sería una solución, a pesar de que los sindicatos interpretan que el problema va mucho más allá porque «no hay un correcto dimensionado de las salas». Un hecho que genera «grandes sobrecargas de trabajo». Fuentes de Interior, avisan que pronto habrá más problemas con la segunda actividad porque en un plazo de entre ocho y debe años casi el 60% del cuerpo podrá estar en segunda actividad. «Somos los mismos prácticamente que el 2012, pero había menos cabes y menos despachos», alertan desde los sindicatos.

Pendientes de la reestructuración
Las salas de mando, además, están pendientes de la aplicación del nuevo decreto de estructura del cuerpo que establece un «nuevo modelo». El proyecto prevé la creación de la «figura del centro de mandos de salas, que estará a la Jefatura del cuerpo y será la que coordinará la dependencia orgánica de todas las salas». En resumen, esta figura ha «de homogeneizar el protocolo de trabajo para que todas las salas tengan los mismos procedimientos, medios y canales». El objetivo es «estandarizar los protocolos» para ser más eficiente en el conjunto y, sobre todo, por si las circunstancias lo piden que una sala pueda reforzar otra.
Por otro lado, el servicio también sufre para racionalizar los horarios de los efectivos. De hecho, los mandos aseguran que han hecho un «estudio» que propone hasta tres modelos diferentes de horarios que se trasladarán a la Jefatura. Un modelo que calcula las «jornadas y franjas horarias con más carga de trabajo» y que garantice disponer de suficientes efectivos para cumplir con el servicio en cada momento.
Precisamente, este es un punto del cual los sindicatos se malfien por la carencia de transparencia sobre «el mínimo de agentes que se necesitan para garantizar el funcionamiento correcto de un turno de trabajo». El silencio sobre esta cifra impide, por ejemplo, conceder permisos porque no se puede comprobar si se está por encima de la cantidad mínima de los agentes. Por lo tanto, los sindicatos exigen saber la cifra y el «criterio» con que se determinará el mínimo de agentes. De todas maneras, los mandos ya han dejado entrever que no es «fácil en periodo de verano» poder admitir todas las peticiones de permisos.
Horas extras y turnos por la noche
En este contexto, hay debate a estas alturas sobre si se pueden hacer turnos por la noche voluntarios en estas salas, y se ha generado cierto tira y afloja hasta que no se ha resuelto que se puede cubrir este turno de manera voluntaria. Uno de los aspectos polémicos es sobre el reparto de las horas extraordinarias. Los sindicatos piden más transparencia en la hora de seleccionar el personal que puede hacer horas extras, para garantizar un sistema más equitativo. De hecho, hay una queja constante sobre el que consideran que es opacidad de este sistema de reparto de las horas extras.