Este fin de semana ha sido completamente marcado por el incendio que crema en estos momentos en el Ampurdán. El viernes por la tarde se originó un fuego entre Portbou y Colera, y a medida que han ido pasando las horas, los centenares de miembros del cuerpo de Bomberos de la Generalitat que han trabajado en el incendio han ido controlando la situación hasta el punto de estabilizar las llamas. Más allá de los efectos devastadores que tiene el fuego para la vegetación y la fauna de la zona afectada, la sociedad catalana también se ve gravemente perjudicada. Y es que l‘incendio está provocando pérdidas económicas a los restaurantes y hoteles de la zona. La parada del suministro eléctrico y de agua de este sábado por la mañana y los cortes de carreteras han provocado que la mayoría de los turistas cancelaran las reservas, y hay que tener en cuenta que la mayor parte del comercio de este pueblo proviene del turismo francés.
«La gente prefiere no venir por precaución, a pesar de que con reserva podrían pasar». Así lo explica el alcalde de Portbou, Gael Rodríguez, que con solo 19 años -es el alcalde más joven de Europa- y dos meses ostentando el cargo ya tiene que hacer frente a una pequeña crisis de la restauración en el municipio. Rodríguez ha detallado que desde el Ayuntamiento se reunirán con los comercios «para saber qué afectaciones han tenido» y trabajarán con el resto de administraciones «para poder ayudar toda esta gente». En este sentido, los restaurantes y hoteles del municipio piden recibir subvenciones para poder hacer frente a la afectación económica de este incendio.

Pérdida de productos
Uno de estos restaurantes afectados, por ejemplo, es lo Voramar. El chef del establecimiento, Guillem Gabilán, explica que «la afectación es grave a pesar de que sean solo tres días» porque, según ha detallado, «la temporada no está siendo muy buena y justo este fin de semana el restaurante estaba lleno». A raíz de la pérdida de luz y electricidad que se produjo a principios del fin de semana originado por las llamas se han visto obligados a tirar muchos de los productos que tenían para afrontar el fin de semana. «Hemos perdido mucha cantidad de productos porque las reservas contratadas eran para hacer los menús degustación grandes que son los que más platos llevan», lamenta. Toda esta pérdida de género que han vivido este primer fin de semana de mes calculan que los supondrá un coste de 5.000 euros, es por eso que creen que «tendrían que recibir algún tipo de ayuda».