El pasado mes de marzo ha sido un mes que ha permitido poner fin a la sequía que ha atormentado a los catalanes durante los últimos tres años. La excepcional pluviometría de marzo ha permitido que los embalses recuperen la buena forma perdida durante la sequía. Uno de estos embalses es el pantano de Sau, el histórico termómetro de la sequía, que durante estos años de falta de agua ha tenido reservas casi mínimas y prácticamente se ha podido visitar la totalidad del antiguo pueblo de Sant Romà de Sau. Ahora, las lluvias han vuelto a sumergir el pantano bajo el agua, las reservas llegan a cerca del 72%, y prácticamente solo se puede ver el final del campanario de la iglesia del antiguo pueblo.

Esta recuperación no ha sido solo del agua, sino que también han vuelto las actividades recreativas al pantano, ya que la navegación vuelve a ser posible. Como la navegación vuelve a ser posible también han vuelto las actividades económicas que lo rodean, como es el caso de Aquaterraclub, una empresa de actividades de ocio y aventura que trabaja en Sau desde hace 20 años y que ha vivido con incertidumbres y sin abrir durante buena parte del tiempo. En declaraciones recogidas por la ACN, el responsable de la empresa, Marc Álvarez, señala que «la gente ansiaba regresar al pantano de Sau» y explica que las lluvias han disipado los posibles fantasmas sobre un verano con la persiana bajada y que para este sábado 12 de abril ya tenía programados dos grupos para ir en kayak y que ya tiene más reservas para Semana Santa.

Un grupo de chicas se pone los chalecos salvavidas antes de entrar al agua con el kayak | Laura Busquets (ACN)

Un espacio restringido

Desde este sábado 12 de abril hasta el próximo 2 de noviembre el pantano de Sau será un espacio restringido. Todos aquellos vehículos que quieran acceder hasta la zona de recreo del pantano deberán hacerlo reservando plaza a través de la página web de la Diputación de Barcelona con un precio de cinco euros por coche y 2 por moto. Este espacio tiene un total de 82 plazas para vehículos y hace cuatro años que se aplican estas medidas para respetar la capacidad de acogida y preservar el patrimonio natural.

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