Sacrificar el cultivo de maíz para poder salvar la producción de manzana este año. Esta es la drástica decisión que ha tenido que tomar Martí Costal, jefe sectorial del agua y regadíos y productor de Girona de la JARC (Jóvenes Agricultores y Ganaderos de Cataluña), ante la sequía, para poder salvar la temporada y no tener que afrontar pérdidas que pongan en riesgo su trabajo. En declaraciones a El Món, Costal explica que el maíz, un cereal que tiene en regadío, necesita mucha más agua, así que se ha decantado para sustituirlo por girasoles. Esta estrategia le permitirá regar los manzanos, que es el que le da «más ingresos».

La sequía tiene en jaque la agricultura de Cataluña. Es uno de los sectores con el futuro más incierto a causa de la situación de excepcionalidad que vive el país y que se ha ido agraviando en los últimos meses. Del consumo total de agua en Cataluña, un 70% se destina a la agricultura, mientras que el 30% restante se reparte entre el consumo doméstico (18%), el sector industrial (10%) y el ganadero (2%). A la vez, el agrario es el sector más castigado por las restricciones establecidas hasta ahora por la Agencia Catalana del Agua (ACA), que los obliga a reducir el consumo hasta el 40%.

El «plan B por si no llovía»

En Cataluña, explica Costal, hay «22 unidades de agua y cada una tiene una fuente de abastecimiento», como por ejemplo un pantano, un acuífero o una balsa. Y, dependiendo del estado de cada espacio de captación de agua, se le aplica un estado u otro del plan especial de sequía. El agricultor remarca que en una mitad de sus campos, en el Baix Empordà, no tiene ningún tipo de restricción para regar, puesto que el agua proviene de un acuífero del Ter; mientras que en la otra mitad sí que tiene porque forma parte del sistema Ter-Llobregat. Por lo tanto, del agua que se le ha asignado del sistema Ter-Llobregat (3.100 metros cúbicos por hectárea), Costal ha tenido que «hacer números» por saber cómo podía distribuirla este año.

Teniendo en cuenta que para una cosecha de maíz necesita 8.000 metros cúbicos por hectárea, antes del inicio de la campaña ya no llegó ni a plantarlo. A cambio, ha plantado girasoles, que solo necesitan 2.000 metros cúbicos por hectárea, y esto le deja todavía una parte para poder mantener los manzanos. Cómo tiene la suerte que el 50% de sus cultivos reciben agua del acuífero del Ter, finalmente podrá salvar la producción total de manzana. El objetivo en todo momento ha sido «minimizar pérdidas» y Costal ha podido ser previsor, puesto que desde septiembre del año pasado que están en alerta y ha podido preparar un «plan B por si no llovía».

Una espiga de trigo en crecimiento en una finca de Linyola | ACN (Anna Berga)
Una espiga de trigo en crecimiento en una finca de Linyola | ACN (Anna Berga)

La alerta de los expertos: «Si los agricultores no pueden regar, Cataluña perderá producto de proximidad»

El investigador experto en uso eficiente del agua en agricultura de la IRTA Joan Girona alerta de la situación de riesgo a la cual se enfrenta el campesinado y la realidad que “cada día desaparecen más productores” por las consecuencias de la sequía en este sector. Además, pone sobre la mesa el debate que tendría que tener la sociedad sobre si todas estas restricciones a la agricultura son justas, teniendo en cuenta todo el que aporta en el país. Si los agricultores no pueden regar, Cataluña perderá producto de proximidad y, lo poco que quedará, será más caro. Productores de todo el territorio piden medidas urgentes para intentar evitar que se pierda toda la producción en los próximos meses y unas de las principales peticiones son la modernización del riego y las ayudas directas al sector.

El campesinado se ha reunido con la consejería de Agricultura para abordar los efectos y las consecuencias de la sequía en el sector y acordar el camino a seguir. Martí Costal asistió a este encuentro como representante del sindicato agrario y afirma que las comisiones agrarias quisieron trasladar al departamento “la situación de incertidumbre y de angustia” que viven muchos campesinos. Acordaron que la Mesa Agraria del gobierno catalán se reuniría un golpe en el mes y la creación de un grupo técnico para hacer un resumen semanal con el “seguimiento de los sectores más afectados”. Costal recuerda que “cada sector es diferente y también lo está en cada zona del país” y, ante la demanda de ayudas directas al sector, hay que tener en cuenta la situación de cada persona. Por eso, propone «dibujar un mapa de afectación de cada momento». Aun así, el productor lamenta no haber salido de la reunión «con cosas concretas para ofrecer» a los campesinos, sobre todo a los más perjudicados y a los que se están planteando «abandonar» el oficio.

Las reservas de agua a los embalses de Cataluña están prácticamente en mínimos, a un 25% de su capacidad. La carencia de agua y la ausencia de lluvias ha obligado a tomar decisiones drásticas como, por ejemplo, el cierre del canal de Urgell la semana pasada. Esta semana, la Comunidad General de Regantes de los Canals de Urgell ha alertado que, según sus cálculos, con las reservas actuales a los embalses de Oliana y Rialb solo se podría hacer un riego de supervivencia para los árboles frutales durante el verano. En esta línea, hay muchos agricultores que se ven obligados a centrarse a salvar los árboles y renunciar a la cosecha de esta campaña. El cereal es el cultivo que, ahora mismo, se encuentra en más riesgo. Costal es productor de manzana y de cereal de secano –que no se riega, depende solo de la lluvia– y de regadío. Advierte que en poco más de un mes se tiene que empezar a recoger el cereal y avisa que «puede ir muy mal». De hecho, ya hay campesinos en Cataluña que se han avanzado y ya han empezado a recoger el cereal.

Operarios de la Casa Canal construyendo una valla para retener el agua en el canal de Urgell | ACN (Oriol Bosch)
Operarios de la Casa Canal construyendo una valla para retener el agua en el canal de Urgell | ACN (Oriol Bosch)

Girona alerta de los primeros efectos de la sequía, “si las cosas no cambian”: habrá unas 50.000 hectáreas del canal Urgell y del de Segarra-Garrigues “donde las producciones caerán de manera drástica”. La agricultura catalana se encuentra ante varios posibles escenarios. En el supuesto de que lleguen lluvias este mayo, estas predicciones podrían mejorar “y no todo será tan drástico”.

También podría llover poco y que la situación se mantenga como por ejemplo. En cambio, en el peor de los casos, si no llegan precipitaciones en el que queda de primavera, la principal consecuencia es que Cataluña “dejará de producir alimentos”. Esto, por un lado, supondrá un “encarecimiento importante de los alimentos porque habrá menos”, alerta Girona. El segundo efecto sería la afectación económica del sector, que actualmente “ya no va sobrado”, pero que tendrá que afrontar pérdidas importantes y pondrá los agricultores todavía más contra las cuerdas. Todo esto, hará el campesinado poco atractivo para los jóvenes, que cada vez menos elegirán dedicarse.

La necesidad de modernizar riegos

Xavier Cullerés es jefe sectorial de frutos secos de la JARC y es productor a Sarroca, en las Garrigues. Cullerés insiste en la necesidad de modernizar los riegos. “Hay diferentes sistemas de riego” y en su zona disponen de riegos más modernos, pero hay otros lugares donde se utiliza el riego por inundación. Si se da el paso para cambiar estos sistemas, Cullerés explica que, si ahora se gastan 9.000 metros cúbicos de agua por hectárea durante la campaña de riego, con un riego focalizado no se necesitarían más de 3.000. “Pedimos la transformación de los riegos antiguos para poder regar más superficie”.

Desde el Departamento de Agricultura los aseguran que lo están trabajando, pero Cullerés lamenta que no se haya hecho un plan de modernización con más previsión, no ahora en momento de urgencia y deprisa y corriendo. En cuanto a la previsión de futuro, el productor de Sarroca cree que en su zona podrán “salvar la campaña”, siempre que “vigilen con el agua”, puesto que utilizan riego eficiente. Y, a pesar de que es consciente que hay otras zonas donde sufrirán mucho las consecuencias de la sequía, está convencido que “la ganadería no desaparecerá”, pero sí que esta crisis hará “replantear los sistemas de riego” para un uso racional del agua.

Desde la IRTA, Joan Girona, garantiza que la modernización del riego “tiene mucho que ver” en la lucha contra la sequía, puesto que te permite «gestionarla mejor o sacar más rentabilidad al agua». «La modernización de todo el regadío es una herramienta de primer nivel», apunta Girona.

Martí Costal refuerza que modernizar “permite ahorrar agua y repartirla mejor”, pero también explica que “es difícil” hacerlo en determinados cultivos porque para actualizar el regadío “se necesita una infraestructura que no está y que es cara de hacer”.

Aun así, el productor de Girona asegura que, «a largo plazo», el de secano es el sector “que está más en riesgo”, puesto que es “el que se refía del agua de lluvia”. “Si cada vez llueve menos, hay menos expectativa de productividad”, avisa.

Campesinado, un sector en retroceso: «Nos quieren como jardineros, no como productores»

Costal dice que la percepción que tienen los agricultores es que “la sociedad los quiere como jardineros, no como productores” y lamenta que no se les da “importancia”. No quiere “generalizar”, pero critica que “las normativas los inducen a hacer paisajismo y no a producir alimentos”. Recuerda que el siglo pasado se hizo “la conversión de la siderurgia y se cerraron fábricas, y ahora podría pasar el mismo” con la agricultura, pero no parece que la sociedad “responda” ante esto. El jefe sectorial de la JARC especifica que solo el 39% del que se consume en Cataluña proviene de la producción agrícola del país mismo. La agricultura es «un sector en retroceso» y no intentar salvarlo también implica que el país pueda acabar perdiendo el producto de proximidad.

En esta misma línea, Joan Girona remarca que “el valor de disponer de alimento ha bajado” porque damos por hecho que nunca faltará a los supermercados, pero insiste que hay que dar importancia a un sector y unas personas que, además de producir alimentos, también “conservan el paisaje y el territorio”.

Más noticias

Nuevo comentario

Comparte

Icona de pantalla completa