El Servei Català de la Salut ha presentado datos preocupantes en materia de derechos lingüísticos y ha admitido que las quejas por discriminación lingüística en los centros sanitarios aumentan cada año, aunque recientemente la consejera de Salut, Olga Pané, restó importancia a estas quejas. En lo que llevamos de 2025, hasta el mes de julio, ya se han registrado 179, una cifra que confirma la tendencia al alza de los últimos años y que hace prever que se podría superar nuevamente el máximo histórico antes de acabar el año: 233 en 2022, 342 en 2023 y 358 en 2024. Los responsables del CatSalut han detallado en una comparecencia en la Comisión de Salud del Parlamento que casi la mitad de las reclamaciones de 2024, el 49%, fueron por falta de atención oral en catalán; el 20% fueron por no recibir respuesta administrativa o informativa en esta lengua y el 8% están vinculadas con los informes clínicos.
El director general del Servei Català de la Salut, Alfredo Garcia Díaz, ha reconocido que la situación de la lengua catalana en el ámbito sanitario «es mejorable», y ha dejado claro que «no es la que se desearía». El responsable del CatSalut ha vinculado este incremento de quejas a la incorporación creciente de profesionales sanitarios al sistema procedentes de fuera de Cataluña: «En 2022, de los nuevos médicos y médicas colegiados en la provincia de Barcelona, solo un 29% eran nacidos en Cataluña y el 17% eran nacidos en el resto del estado y un 54% eran nacidos en el extranjero, fuera del estado español».
Por otro lado, Garcia ha añadido que otro elemento que condiciona esta situación es el personal sanitario que se incorpora al sistema mediante un sistema de provisión de plazas de formación especializada en distrito único estatal en el cual no se pide conocimiento de ninguna lengua. «En 2023, había en el sistema sanitario público catalán entre residentes de Medicina, Enfermería y Psicología, un total de 5.904 residentes. De todos estos, el 40% provenían de territorios no catalanoparlantes, de otros países y también de otros continentes».

Las medidas que ha adoptado el Parlamento
Para hacer frente a esta situación, el Departamento lleva a cabo diversas medidas como las que recoge el Plan para garantizar el conocimiento y el uso del catalán en el sistema público de salud, que recoge 33 acciones en diferentes ámbitos para ejecutar hasta 2026. Por ejemplo, entre las medidas organizativas se recomienda que los centros designen referentes lingüísticos en cada centro y presenten un plan de gestión lingüística. En este sentido, el máximo responsable del CatSalut ha subrayado que el 98% de las entidades proveedoras que tienen contrato con el Servei Català de la Salut, ya han designado un referente lingüístico y que de estas entidades, un total de 114, el 70%, han presentado al Departamento su plan de gestión.
Además, entre las medidas para mejorar el conocimiento del catalán, los profesionales pueden apuntarse al programa Prescriu-te el català, que “ha de permitir que los profesionales del estado sanitario público puedan alcanzar habilidades comunicativas y un nivel de catalán suficiente para poder atender a los pacientes y poder expresarse oralmente y por escrito en la lengua catalana en su contexto laboral”. Este año se han ofrecido 1.635 plazas y se ha incorporado el nivel A2. Otro programa, ‘T’acollim’, que permite a residentes y a nuevos profesionales que se incorporan al sistema, ha contado con 400 participantes este 2025. Asimismo, existe la posibilidad de hacer de voluntario por la lengua con este último colectivo de profesionales.
Actualizar la carta de derechos y deberes de los pacientes
Por otro lado, el responsable del CatSalut ha dicho que la consejería está trabajando en una actualización de la carta de derechos y deberes de los pacientes para garantizar los derechos lingüísticos de los usuarios del sistema sanitario. Esta revisión, que prevén tener lista a finales de año, incluirá la incorporación específica de los derechos lingüísticos que ya recoge la normativa vigente. «La voluntad es garantizar el conocimiento y fomento del ejercicio activo de estos derechos y deberes, y contribuir así a una mejor calidad relacional entre usuarios y personal sanitario«, ha explicado, y ha detallado que la iniciativa irá acompañada de una campaña de comunicación que se dirigirá tanto a los profesionales como a la ciudadanía.

Una plataforma digital para gestionar las quejas
Finalmente, el responsable del CatSalut ha puesto énfasis en medidas estructurales para hacer frente a la problemática, y ha destacado la creación de un grupo multidisciplinario de seguimiento de las quejas lingüísticas. Un equipo que tendrá la función de hacer un seguimiento cualitativo y cuantitativo de las reclamaciones, proponer mejoras y coordinar las acciones correctoras. Además, la consejería de Salut está desarrollando E-reclamaciones, una plataforma digital para simplificar y digitalizar la gestión de quejas, sugerencias, agradecimientos y solicitudes de información. Esta herramienta también quiere mejorar la accesibilidad y transparencia del sistema, así como hacer un seguimiento más eficiente de los casos, estandarizando criterios y respuestas.