La Intersindical se ha movilizado hasta varios puntos de Cataluña para exigir la readmisión de la trabajadora que Veritas despidió por hablar en catalán a los clientes y compañeros en Puigcerdà, en la Cerdanya. Este jueves, decenas de personas se han concentrado a las puertas de establecimientos de la cadena en Barcelona, Girona y Lleida para transmitir a la afectada su apoyo. El sindicato denuncia la decisión de la compañía de supermercados ecológicos y recuerda que «los derechos lingüísticos son una parte esencial e irrenunciable de los derechos laborales». La Plataforma per la Llengua dio a conocer el caso hace pocas semanas y, con la prueba de unos audios grabados por la misma trabajadora, ya confirmó que había presentado una denuncia contra Veritas reclamando que el despido se declare nulo y la empresa lo indemnice. Por su parte, la empresa negó que el motivo de la decisión fuera lingüístico y que, simplemente, la mujer no superó los meses de prueba.
La Intersindical se ha sumado así al reclamo de la ONG del catalán para que la trabajadora recupere su lugar de trabajo en el local de Puigcerdà porque, considera, el despido fue «injusto» y «un ejemplo de las discriminaciones lingüísticas que todavía se producen a nuestra sociedad». En este sentido, el sindicato defiende «el derecho a vivir en catalán en el trabajo» y recuerda que «ninguno persona tendría que ser vejada o penalizada para expresarse en la lengua propia del país».

La protesta organizada este jueves es «una muestra de la determinación en la hora de defender los derechos lingüísticos y trabajar por la plena normalización del catalán en todos los ámbitos», sobre todo, en el laboral. La Intersindical concluye que «no permitirá situaciones de discriminación lingüística y no parará hasta conseguir una rectificación pública por parte de la empresa».
Una grabación, clave para la denuncia
Los hechos se produjeron el pasado 31 de marzo, cuando Veritas le comunicó a través de una carta a la trabajadora -que llevaba un mes y pico trabajando allí- que no había superado el periodo de prueba. La versión que obtiene la mujer después de hablar con el encargado -y grabarlo como prueba- es totalmente contraria. Según se puede escuchar, el superior de la tienda de Puigcerdà le reconoce que la empresa ha decidido echarla porque dos trabajadores de Veritas que se hicieron pasar por clientes se quejaron de que los atendió en catalán cuando ellos se le dirigían en castellano (una de las normas de la cadena es que el trabajador tiene que dirigirse al cliente en la misma lengua que lo hace este).
La trabajadora, con el asesoramiento de Plataforma per la Llengua, ha reclamado al juzgado que se declare nulo el despido y que la empresa la indemnice. La chica explica que recibió varias advertencias por parte de la empresa porque hablaba en catalán con clientes y compañeros de trabajo.
Poco después de que saltara el caso a la opinión pública, Veritas salió para quitar importancia al incidente y rechazó que se le despidiera por motivos lingüísticos. «Todo son conclusiones de ella», aseguraba la consejera delegada de la compañía, Silvia Elias, y que, simplemente, «no encajaba en el perfil».