La franquicia de pastelerías Chök, que tiene seis establecimientos en Cataluña y uno en el País Valencià, se ha situado en medio de la polémica por el trato que ha dado a una de sus clientas catalanoparlantes. La clienta en cuestión, Eva Biga, compartió su caso en Twitter y la historia se ha viralizado tanto que la empresa ha tenido que hacer cambios inmediatos a causa de la presión popular. La usuaria de Twitter explicó el pasado 17 de septiembre que había ido a la tienda Chök situada en el barrio del Born de Barcelona y que una vez allí pidió dos veces ser atendida en catalán. La persona que la atendía no la entendió y la clienta se lo repitió esta vez en castellano y le explicó cómo se decía lo que necesitaba en catalán. «Se rió con desprecio», explicó la clienta.


Entonces fue ella quien le preguntó a la dependienta si le hacía gracia oír a alguien hablando en catalán. «Siguió riéndose y le pedí la hoja de reclamaciones y me dijo que no me lo daba porque era una racista«, denunció la clienta. Ningún establecimiento puede negar la hoja de reclamaciones y, en este caso, el cliente tiene todo el derecho a llamar a la policía para que se la entreguen. El hilo en Twitter donde denunció la situación concluía con una pregunta que se han hecho muchas veces los catalanoparlantes que se encuentran en estas situaciones: «¿Hasta cuando tenemos que aguantar esto en Barcelona?».

Uno de los pasteles que vende Chök / Chök

El hilo de Twitter llegó a 1.500 likes y más de 1.000 retweets. La presión popular contra este establecimiento consiguió que solo un día después la misma usuaria añadiera un tweet donde decía que el propietario de Chök la había llamado y le había pedido disculpas. «Dice que han contactado con la Generalitat y con la Plataforma por la Lengua. Quieren mejorar la presencia del catalán en sus establecimientos. Dicen que son sensibles con este tema. Se agradece el paso», explicó la usuaria afectada.

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