La ONG del catalán intentará reunirse con el alcalde de la Pobla, en las Islas Baleares, después de que se haya producido una nueva discriminación lingüística en un municipio que ya ha sido noticia por estos hechos con anterioridad. El pasado viernes, según denunció el diario
Los hechos se produjeron en el bar del polideportivo del municipio, donde el camarero exigió a la clienta que le pidiera el café en castellano. «Tú me hablas en castellano», le dijo muy enfadado. Ante la sorpresa de la clienta, que ha puesto una queja en la Plataforma por la Lengua, el camarero añadió que tendría «un problema» si le hablaba en catalán.
La ONG del catalán ha reaccionado a esta discriminación denunciada por el diario balear con un tweet donde ha explicado que pedirá una reunión con el alcalde de la Pobla. La entidad recuerda que el bar forma parte de una equipación municipal y, por lo tanto, se tiene que garantizar que se cumple la ley y que los clientes pueden usar la lengua oficial y ser atendidos en catalán. Además, la ONG del catalán sostiene que el ayuntamiento tendría que incluir cláusulas lingüísticas en las licitaciones para evitar estas situaciones discriminatorias y garantizar que se cumplen los derechos lingüísticos de los clientes.
❗ Pediremos una reunión con el alcalde de @ajsapobla por este nuevo caso de discriminación lingüística.
🗣️ El bar, situado en una equipación municipal, tiene que garantizar el derecho a sus clientes a ser atendidos en catalán, tal como dice la ley. https://t.co/5twxxljjlh
— Plataforma por la Lengua Islas Baleares (@PLlenguaIlles) November 27, 2023
Más quejas por discriminaciones lingüísticas que nunca
La Plataforma por la Lengua ha informado recientemente que las quejas lingüísticas no paran de incrementar año tras año. El 2022 fue un año de récord en este sentido, el año con más discriminaciones lingüísticas nunca registradas. Las 2.145 quejas que se registraron el año pasado suponen un incremento del 443% respecto a las del 2016, el primer año que se contabilizaron. La mayoría de discriminaciones lingüísticas se produjeron, en el sector privado, en la restauración y la hostelería, y en el sector público, a las administraciones autonómicas.