La sindicatura de agravios de Cataluña advierte que hay «incongruencias» entre los derechos y deberes que tienen los jóvenes menores de edad y alerta que este hecho provoca «desigualdades». La sindica Esther Giménez-Salinas ha puesto de ejemplo la edad mínima para poder ejercer el derecho a voto. Muchos adolescentes ya tienen capacidad de entender las consecuencias de sus actos y de tomar decisiones informadas, ha defendido la síndica, lo cual justificaría adelantar la edad para votar a los 16 años.

«Tengo 16 años, puedo trabajar, puedo estar dado de alta en la seguridad social, pero no puedo votar. Puedo emanciparme, pero no puedo abrir una cuenta bancaria», ha señalado Giménez-Salinas, justificando su propuesta. La sindicatura insiste en que los jóvenes de 16 años tienen suficiente independencia para acceder a las fuentes de información que más les interesa y, por tanto, capacidad de formar parte de partidos políticos o constituir asociaciones. Lo que pide, ha aclarado, es reajustar algunos supuestos concretos, en ningún caso fijar una nueva mayoría de edad, que en Cataluña está establecida a los 18 años.

Esther Giménez-Salinas i Colomer, síndica de greuges de Catalunya. Barcelona 11-10-2024 / Mireia Comas
Esther Giménez-Salinas i Colomer, síndica de greuges de Catalunya / Mireia Comas

Educación obligatoria hasta los 18 años

El informe de la sindicatura también pide hacer el camino inverso en el caso de la educación obligatoria, que actualmente termina a los 16 años y la síndica quiere alargar hasta los 18. Ahora bien, el mismo informe, que recoge la Agencia Catalana de Noticias, reconoce la falta de plazas tanto en los cursos de formación profesional como en los programas para estudiantes que no tienen la ESO. Un aspecto que convendría «solucionar» si se apuesta por alargar la edad para dejar los estudios.

El análisis de la sindicatura también expone otros aspectos importantes, como la necesidad de mejorar la atención de la salud mental de los jóvenes y advierte que hay que hacer más énfasis en las políticas destinadas a los adolescentes y a los niños. Estos dos aspectos, sentencia, son clave para evitar que las desigualdades se propaguen desde una etapa tan primaria de la etapa vital.

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